[14]

4 0 0
                                    

Hace tiempo que no sé nada de Sonya. Pero, el haberme enterado de que se había casado me dolió mucho. Mis amigos se juntaron y se casaron también pasado el tiempo y yo, yo sigo esperando sus mensajes de ella.

Creo que fui demasiado inconsciente con su situación. Tengo que encontrarla y explicarle mis sentimientos aunque sea lo último que haga.

...En el presente...

Cuando Tania se había ido a trabajar yo aproveché para salir del maldito departamento para buscar a Rubby. Guardé mis cosas en una maleta. Salí del departamento y busqué un taxi.

No quise quedarme un minuto más con ella, me había engañado, controla mi vida, técnicamente era una esclava, ya no me sentía como "su esposa". La gente siempre creyó que éramos la pareja del año solo porque Tania tiene una empresa y "me procura", o eso creen. Tania es todo lo contrario a lo que muchos creen. Estoy viviendo un infierno, pero, eso va a cambiar.

Estaba esperando un taxi y no pensé encontrar con...ella. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿No se supone que debía estar trabajando?.
Tania me había visto y corrió hacía para luego frenar y preguntar el por qué tenía mis maletas fuera del departamento.

- ¿Puedo saber por qué tienes tus maletas fuera del departamento Sony? - sonaba muy enojada con esa expresión seria que me quería ahorcar ahora mismo. Era obvio que me quería agarrar del pelo, pero, como había gente, no lo iba a hacer porque sabe que perdería todo lo que ha estado trabajando.
Yo no hice nada, estaba atónita, realmente quería saber porque no estaba en su trabajo, quizá me espió o algo así. Me sentía acorralada. Como la primera vez. No tenía a donde ir, no tenia dinero, no trabajaba, estaba perdida, así que, tuve que ser directa de una vez y para siempre.

- ¿Qué no ves? Ya me voy, me voy de tu vida y de este maldito infierno llamado "matrimonio". - con una voz imponente que hizo que ella se quedara en shock, en mi vida le había hablado de esa manera y si lo hice una vez, ella me dio una cachetada. - Así que, con su permiso, me retiro. - seguí y ella me alcanzó a detener con su mano en mi brazo. Me jaló e hizo que jadeara del dolor; ya que, tenía moretones en el cuerpo y es por eso que no me dejaba salir.
- Tú no te vas a ningún lado, tú te quedas aquí conmigo. - decía, con esa voz intimidante de nuevo, pero, esta vez seguía firme. - ¿qué no escuchaste que me voy? No tengo ningún motivo por el cual quedarme aquí. - respondí desesperada.

Ella soltó mi brazo y habló ¿sensible?.

- ¡¿No entiendes que te necesito!? - estaban cristalinos sus ojos - por favor, quédate conmigo, prometo cambiar y serte fiel como cuando nos conocimos. -
Hablaba entre cortada. No podía creer que ella me hablara tan decaída, no iba a caer de nuevo como la última vez. No sabía que decirle, cada palabra que salía de su boca me daba rabia. Solo quería irme y alejarme de ella.

- No es la primera vez que me mencionas esas palabras, duelen cuando lo dices de esa manera. - me mantuve firme y recta. No iba a caer en sus provocaciones.
- Necesitamos hablar en el departamento, por favor, ven conmigo, juro que no te haré daño.

- No jures en vano y no tengo nada que hablar contigo. Por favor, hazte a un lado. -

- ¡¡¡Por Dios, Sonya, vamos a hablar de lo que pasó!!! - no resistió y gritó y con más razón me alejé de ella y no miré para atrás. Seguí mi camino, ella seguía gritando y "llorando" mi nombre.

Ella sabía lo que estaba en juego. Su carrera. Ella sabía cuánto la amaba, sabía de mi pasado y de todo lo he sufrido, pero, no por eso me voy a dejar manipular solo porque me ha dado lo que tanto había pedido. Y también, sabía que ella no podía hacerme nada estando en público aunque siempre logra ponerlos en mi contra con dinero con tal de no hacerse notar con malas reseñas.



Memorias De Un Corazón Roto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora