Vingt

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Hyukjae



El presente...

Me giré de la chimenea,
lentamente, enfrentando a mi
joven esposo. Estaba pálido, sus
labios se entreabrían con horror
después de mi historia.

-Cuando me casé con Jieun, estaba
enamorada de su medio hermano.
No lo sabía en ese entonces.
Sus padres sí, pero decidieron
no divulgar la información.
Quizás ahora entiendas por qué
desconfiaba de Donghwa.

Donghae se cubrió la boca con
la palma de su mano, mirando
al suelo como si no pudiera
soportar mirarme. No podía
culparlo. Era una historia que
había estremecido incluso
padre y a Kangin.

-Oh, Dios mío.

Hice una mueca. Odiaba recordar,
y peor aún, hablar de lo que
sucedió, pero mucho peor que
todo eso fue la mirada en el
rostro de Donghae ahora que
sabía la verdad.

-Después de casarme con Jieun,
me preguntó si su medio hermano
podía convertirse en uno de
sus guardaespaldas. Estuve de
acuerdo porque era miserable
estando lejos de casa y pensé
que ayudaria. Quería que
encontrara la felicidad en
nuestro matrimonio.

Donghae asintió sin levantar la
vista.

-¿Sus padres? Los mataste.

-Si, lo hice. Me traicionaron.
Sus mentiras les costaron la
vida a Jieun y Jongsuk.

Contuvo el aliento , horrorizado .
Donghae era un chico bueno.
Amable y positivo, dispuesto
a ver la luz incluso en la
oscuridad.
Había arrastrado a una
mujer al abismo. Esperaba
desesperadamente que Donghae se
salvara del mismo destino.

-Jieun prácticamente te pidió que
los mataras en su última carta.

-Me conocía bien. -De vez en
cuando compartí detalles de mi
trabajo con ella cuando estaba
particularmente conmocionado o
cuando me preguntaba, lo que no
sucedia con frecuencia.

Donghae sacudió la cabeza. Habia
dicho que nuestro matrimonio
estaría condenado si no le
decía la verdad, pero tenía el
presentimiento de que la verdad
acabó con cualquier cosa que
hubiera estado floreciendo entre
nosotros.

Perder a Jieun no habia dolido.
Por un lado, porque me
traicionó, y porque nunca la
había amado. Perder a Donghae...
no lo superaria. No habíamos
estado juntos mucho tiempo,
pero en las semanas de nuestro
matrimonio, había alegrado
mis días más de lo que creía
posible.

-Nunca levanté mi mano contra
Jieun, ni siquiera entonces.
Nunca la habría matado. Decidas
lo que decidas, no tienes que
preocuparte por tu seguridad,
Donghae. No te haré daño.


Donghae

No podia respirar. Escuchar a Hyuk contar la historia de lo que sucedió con voz cruda y amarga me había inquietado profundamente. Esto era mucho peor de lo que esperaba. La idea de encontrar a Hyuk con otro me desgarraba. ¿Qué tan peor debe haber sido para él? Encontrar a su esposa embarazada con su medio hermano, un hombre en el que confiaba, y descubrir que sus hijos podrian ni siquiera ser suyos. Era demasiado horrible para contemplarlo . Ni siquiera estaba seguro de lo que habría hecho en una situación como esa. Probablemente no habría matado a nadie, pero yo no era un hombre criado para sobrevivir en la mafia.

Hyuk sonrió sombríamente al ver mi expresión.

-Ese es el hombre con el que te casaste, Donghae. Entiendo si ahora me tienes miedo. No evitaré que te mudes a otra habitación, pero sin duda entenderás que tendremos que seguir casados por Danielle y Felix. No pueden perderte también.

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