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La hija del mar


ariana's perspective



Aquel día fue uno soleado, acompañado de las olas del mar que nos acariciaban los pies, todo parecía ir de viento en popa. Mi madre aquel día había preparado su característica tarta de frutos rojos, y me llamó a que regresara a casa. Me levanté del suelo arenoso y me sacudo toda arena que tuviera encima mía, corriendo prácticamente hasta la única casa que había cerca de la playa. Mi madre—Stella Galanis.—me dijo que fuera a lavarme las manos antes de servirme una pieza de su sabrosa tarta de frutos rojos. Lo hice, volví a la cocina/comedor y ya había un trozo grande frente mía. Me esperé a comer el trozo con ella, quien estaba limpiando los trastes que utilizo para hacer tal obra de arte culinaria. Cada vez, la esperaba a comer y así hablábamos del día, de cualquier tema. Jamás pude predecir cuánto extrañaría yo esto antes del incidente.

Ambas vivíamos en un pueblo pequeño con menos de 500 habitantes en la costa de Grecia. Recordaba como si fuera ayer aquel día que disfrutábamos de un día en la playa y yo me adentré a nadar al mar, mi madre me vigilaba desde la distancia y no noto como de lejos nade. Pude ver en la distancia que hablaba con un hombre, alto, que nunca había visto. Ahí sentí como era arrastrada rápidamente al fondo del mar y me quedaba sin respiración. Sin embargo de un momento a otro estaba en la orilla, medio consciente e inconsciente. Veía al mismo hombre de antes sostener a mi madre en sus brazos.

Luego me desperté en lo que llamaban 'Campamento Mestizo'—el cual también estaba en otro continente al que yo vivía.—aunque ahí no fue cuando comenzó la historia de mi vida. Esta empezó cuando me escapé del Campamento Mestizo—hasta el día de hoy, no sé ni cómo.—y conocí a Thalia y Luke quienes rodaban sin rumbo por la calles junto a Annbeth. Así que me uní a sus aventuras por un tiempo hasta que Groover nos encontró a los cuatro. Le habían mandado venir a por Thalia y yo al ser hijas prohibidas, una de Zeus y la otra—yo—de Poseidón. De camino al Campamento Mestizo, fue cuando todo fue para abajo. Cuando Thalia murió para salvarnos al encontrarnos con monstruos, y Zeus falló en intervenir en el momento adecuado.

—Llamando a Ariana a la Tierra.—decía Silena mientras movía una mano delante mía.—Has estado mirando al lago durante un rato, ¿estás bien Ari?

—Si estoy bien, pensando solo.

—Si quieres hablar, yo estoy para ti.—me dijo con una sonrisa reconfortante.

Me tomó del brazo mientras nos acercábamos a Clarisse La Rue—hija de Ares y capitana de la Cabaña 5.—y Charles Beckendorf—hijo de Hefesto, capitán de la Cabaña 9 y el novio de Silena.—quienes hablaban vívidamente. Bueno, más bien Clarisse hablaba así. Ya que Charles tenía una personalidad más tímida y reservada que ella, muchísimo más.

—Buenos días cariño.—le dijo Silena a Charles, dándole un beso en la mejilla.

—Conseguiros vuestra propia cabaña aquí, ¿no?—comentó Clarisse al ver a la pareja tan cariñosa, algo que siempre le dio repelus.

—Pues entonces os dejamos solas.—contestó Silena yéndose con Charles.

—Vaya par de tortolitos, tengo que ir a decirle algo a Ethan, nos vemos más tarde para la cena Ariana.—dijo Clarisse antes de irse a donde quiera que estuviera Ethan mientras aterrorizaba a medio Campamento por sí sola. Se notaba a kilómetros que era una hija de Ares.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐀𝐂𝐇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora