Cap. 5°

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•𝐼𝑛𝑢𝑠𝑢𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑑𝑖𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠
                                                   𝐸𝑙 𝑟𝑎𝑝𝑖𝑑𝑜 𝑝𝑎𝑠𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜,
                                        𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑖𝑑𝑎.

El termino "otra" había sido aparentemente usado como un sustituto al aparentemente recién adquirido título de "ayudante", que claramente Snape no estaba dispuesto a mencionar como tal, pero que era más que obvio de todos modos.

Y ¿Por qué mencionar algo que era más que obvio?

Como fuera, su estancia durante ese día fue suficiente para dejarle bastante claro las actividades que acabaría realizando el resto del año aprendiendo algo más antes de siquiera pararse frente a San Mungo.

La calma de las horas fuera de clase aprendiendo de pequeñeces con la señora Pomfrey porque aparentemente Hogwarts había decidido ser lo suficientemente bueno ese año como para que le pasará algo más allá de sencillas torceduras y calidad poco graves a los niños, nunca pasando de quizá algún tobillo o muñeca lastimado y mayormente tratándose de los jóvenes jugadores de Quidditch luego de aquellos partidos por la copa de las casas.

Las ligeramente apremiantes horas de clases de pociones siendo ella quien se encargará de ayudar a los estudiantes con sus dudas y pequeños problemas en la elaboración de las pócimas que realizaban los jóvenes desde primero a séptimo grado, mientras snape parecía ocuparse de otras cosas en clase además de revisar tan minuciosamente las infusiones de sus aprendices con la misma exigencia y sorna de siempre, los mismos constantes regaños a los alumnos y ella por ninguno ser lo suficientemente competentes para realizar sus funciones sin errores.

Ambas cosas, unidas a todo lo que conllevaban, habían sido quizás la razón principal por la que llegó el comienzo de verano tan rápidamente. La razón por la que aparentemente el tiempo había volado y el año terminaba nuevamente, el final llegando una vez más cuando menos lo recordaba.

Debería admitir que extrañaría todo aquello a lo que se había acostumbrado tan rápidamente como se iba.

Y seguramente algunos alumnos también extrañarían a la persona a la que le podían preguntar cosas en clase de pociones por ayuda sin que les tratara como idiotas, pero bien.

◍ ⚗️ ◍✧⁠*⁠。

Aun quedaba un mes antes de que la mayoría de los alumnos regresarán en tren a la estación de King Cross y de ahí volvieran con sus familias a disfrutar del verano antes de regresar a sus estudios.

Sin embargo, a un mes de eso, Angel finalmente guarda una vez más su maleta, en aquel momento, está vez el regreso a aquellos pasillos se tornaba más dudoso.

Había terminado finalmente con lo que tenia que hacer ahí y simplemente le quedan marchar para probar suerte en un nuevo lugar, dónde esperaba conseguirla.

Tomo el desayuno en el Gran comedor a la hora de siempre e incluso tuvo el tiempo de ayudar algo más a Madame Pomfrey y Snape antes de que llegara la hora a la que debía marcharse del castillo a sus anhelados nuevos aires.

Terminaba de recoger y limpiar los últimos vestigios de lo que habían dejado los alumnos de la anterior clase y pese a que todo volvía a su lugar al final de cada una, las cosas habían cambiado más de lo que parecía gracias al hecho de que la paulatinidad de lo mismo la volvía imperceptible la mayor parte del tiempo, a menos que algo hiciera que uno de diera cuenta de ello.

Como quizás ahora, provocado por la ida.

Porque estaba segura de que el profesor de pociones que ahora estaba sentado en su escritorio, realizando algo que Angel no se iba a molestar en preguntar, volvería a su yo de siempre, amargado y arisco de siempre. Pues no había sido ella tan tonta ni ciega como para haber notado una ligera aparición de suavidad sobre las acciones de Snape conforme había pasado el año escolar teniendo que estar al lado de el y mándame Pomfrey alternadamente.

Eso o quizá estaba viendo cosas gracias a los vapores que emanaban de los calderos de los alumnos todos los días y se veía obligada a respirar.

Un suspiro salió de sus labios cuando terminó de recoger lo último de la pasada clase.

Sus manos se posicionaron un momento en su cintura dando una última mirada alrededor del calabozo asegurándose de haber terminado con todo antes de que estuviera a punto de irse y solo en ese momento Snape hiciera de su conocimiento el que había olvidado alguna cosa.

—Muy bien... Creo que es todo—. Angel hablo bajo, más para ella que para que pudiera oírla el profesor.

Aún así pareció recibir una respuesta, pues se giro unos segundos después de oí un:

—Buena suerte entonces—. Seguido del ruido de la silla donde snape se sentaba, las patas del mueble arrastrándose por el suelo un segundo.

Para cuándo el rostro de Angel giro a ver al mayor, este ya estaba a un par de pasos de ella, con esa expresión desinteresada de siempre, mirándola ligeramente desde arriba, con el menosprecio de siempre, aunque en esta ocasión su mano se extendía ligeramente hacia ella en una especie de despedida que Angel tardo algunos segundo en entender.

Parpadeando un par de veces, sus ojos mirando la mano frente a ella un momento antes de dirigirse al rostro ajeno, volver a la mano y finalmente corresponder en silencio con una debil sonrisa, mirando el apretón de manos para con el profesor.

La cosa no duró más de un momento antes de soltarse, y el profesor regresó en silencio hacia su asiento, de regreso a sus asuntos. Ella mirandole un segundo antes de también andar a la puerta, siendo momento de irse, o al menos, estando bastante cerca del mismo.

Dió una última mirada al profesor, la mirada de este,  fija en su pergamino mientras la pluma andaba de un lado a otro sobre el mismo de manos del profesor.

Cerro la puerta luego de aquella última vista.

Solía, a pesar de tener del profesor de cierta manera, como muchos otros estudiantes (si no es que todos), que el docente no era tan malo como parecía a simple vista.

Quizá tenía razón.

𝑆𝑎𝑡𝑢𝑟𝑑𝑎𝑦 𝑀𝑜𝑟𝑛𝑖𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora