El Síndrome de Strasser

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Un síndrome son un conjunto de rasgos y características que conviven juntas, se tratan como familia y no pueden vivir en comunidad conyugal. Son los signos que determinan alguna enfermedad de los nervios, riñones, tuétanos o médula ósea. En realidad No deberíamos de tener miedo por estos síndromes, ya que tenemos en nosotros la luz de Dios que nos ayudará a enfrentar cualquier adversidad. Sin embargo hay personas que demandan hermosura, no se seguían por lo interno y terminan inquiriendo desprecio en sus seres más allegados.

Samantha Nahomi Strasser

Eduardo Antonio.

Mi tutora desde que comencé la carrera de medicina siempre me había dado tantos consejos muy útiles que sabía muy bien que utilizaría en un futuro algo próximo, pero nunca pensé que inmediato.

La Doctora Samantha, de baja estatura y sonrisa camuflada en frenillos, con un remate de cabellos entre negros, amarillos y grises algo mate, no aparentaba los treinta y siete años que tenía ni tampoco esa seriedad algo afable que prodigaba a los estudiantes de los consultorios, sobre todo a primer año, que era donde yo estaba. Si, en realidad yo ahora que estaba empezadito, y recordaba uno de los preceptos mientras los anotaba en una hoja de papel: "Hay que saber que es lo normal en un paciente para
entender lo patológico" "Una conversación médico-paciente se queda entre dos, 100% confidencialidad" "En la medicina dos más dos nunca son cuatro" y otras cosas por el estilo.

Este último refrán siempre me había llamado la atención, no solo porque
violaba los principios de las matemáticas, que aunque muchos la odiaban y ni siquiera la querían ver en el bachillerato, yo amaba y siempre la quise estudiar más a fondo pero sin éxito; sino también porque en mi reinaba la incertidumbre
de no conocerlo todo cuando nuestra Coordinadora Docente, la Doctora Francy, fuera a preguntar en clases de los temas ya vistos en el transcurrir del semestre.

La Doctora Francy antes de ser Doctora había sido policía; eso se notaba en sus ademanes algo amachados y su temple y carácter fuerte, era algo regordeta, con unos lentes gruesos y enormes y el cabello rubio recogido que en sí contrastaba irónicamente con su rostro serio empapado en pecas. Los Estudiantes en divididas opiniones, le tenían miedo, temor, respeto, y hasta aprecio unos pocos; pero yo nunca pude definir qué era lo que sentía cuando la Doctora Francy paseaba por los pasillos del Hospital o me tocaba ir a su oficina por cualquier encomienda; tal vez sería miedo, respeto y veneración conjugados en nerviosismo de cualquier pregunta que me fuera a formular y yo no supiera la respuesta.

Así pasaban los días y los meses, entre clases, seminarios, talleres,
despliegues y vacunaciones y sentía que estaba aprendiendo de manera muy lenta; hasta que me aconteció una experiencia realmente desgarradora como conmovedora.

Samantha Nahomi.

Yo siempre he sido una persona con carácter liberal, algo feminista y siempre independiente, con la única excepción de que todavía vivo en la casa de mis padres.

Antes de empezar a estudiar Medicina, hacía mucho tiempo que era voluntaria en la Cruz Roja y en Protección Civil; desde siempre quise ayudar a los demás, así a veces mi integridad y fuerzas estuvieran de por medio. Es por ello que desde muy joven nunca fui capaz de negar nada a nadie, la palabra "No" no estaba en mi vocabulario ni en mi Diccionario, o mejor dicho, en realidad si estaba pero no quería usar ese término, iba en contra de mi personalidad.

A los dieciocho entré a la Universidad y ya a los veinticuatro estaba graduada, no fue nada fácil pero tampoco imposible, las experiencias en mi trabajo y durante mis rotaciones me ayudaron a ser más compasiva y paciente con las personas, pero sobretodo me ayudaron a ser fuerte, de aquí nació mi interés en hacerme tutora docente.

Cardiopatías y EscalofríosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora