CAPÍTULO 18

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Aquí el otro capítulo, estamos en la recta final... disfruten 🥰💙


Tiempo después.

Disimuló un bostezo. Ya había perdido la paciencia, y se había aburrido. La comida ni siquiera era buena. Ya había tenido suficientes experiencias con restaurantes de primer nivel y era claro que la comida no era buena. Era genérica, el pollo estaba seco y sabía raro. Y hacía más de media hora había dejado de escuchar a su interlocutor.

Que por cierto, hablaba mucho. Pecaba de atento, esperando que ella estuviera cómoda. Pero ella no estaba cómoda en lo absoluto. Para empezar por el abuso a su espacio personal. Luego por esa insistencia en estarla tocando todo el tiempo. Y ella apenas lo acababa de conocer. ¿Era tan difícil entender que ella necesitaba tiempo y espacio?

Había aceptado con cierta resignación salir con él. Igual que en su momento salió con Morgan, el gerente de recursos humanos de la oficina donde trabajaba Briany, o con Clark; un compañero de la oficina que había resultado ser masculinamente muy gay.

Prospectos encantadoramente atentos, que hicieron un esfuerzo por tener atenciones agradables con ella y encima darle espacio para que ella tomara confianza. Pero que no encendieron la chispa de las emociones en su corazón. Y estaba convencida de que no era problema de ellos: quizás ella había quedado tan fastidiada de intentar amar, que quedó con Morgan de que lo intentaran cuando ella volviera a encontrarse a sí misma.

Pero seis meses después, Morgan ya tenía novia. Una chica pelirroja que formaba una combinación de lo más particular con él, pero que le mostraban una magia de la que ella sentía terribles celos.

Y de Clark, mejor ni hablar. En cuanto le destapó la homosexualidad, le confesó que tenía meses saliendo con Winn, el chico de sistemas.

Así que ahora se contentaba con esta clase de salidas casuales. Nía había insistido en que le ayudarían a descubrirse a sí misma, que le harían bien. Aunque Kara sinceramente odiaba la idea de salir con tantas personas. Luego de haber salido tantos años con Mike, lo que menos deseaba era estar saltando de persona en persona. No iba con ella. Siempre después de una cita de esas terminaba tan agotada emocionalmente, que solo quería dormir y no despertar en tres días.

Y además ella...

Estaba más ocupada por encontrar los zapatos que combinaran con su vestido para la boda de Nía y Briany, que ya estaba a la vuelta de la esquina. En una semana ese par finalmente se casaría, ¡y ella aun no tenía los zapatos! Esto era un desastre.

— De verdad me gustó comer contigo — Kara no se había dado cuenta de en qué momento habían pasado de comer (aunque a esas alturas ya solo estaba picoteando la comida sin hacer muchos esfuerzos por seguir la conversación) a pagar la cuenta y salir del restaurant.

— A mí también — Sonrió ella con la mentira en la punta de la lengua. No se sintió tan mal de haberlo hecho.

— ¿Está bien para ti si salimos la próxima semana? — Ahí estaba, la invitación a repetir una salida que ella no quería tener con ese individuo. Él le sonrió amable, esperando una respuesta.

— Estaría encantada, pero tengo un compromiso muy importante la próxima semana, realmente veo muy difícil que podamos vernos. Pero, ¿qué te parece si te llamo o me llamas y nos organizamos? — Kara realmente detestaba la idea de darle falsas esperanzas a alguien, pero era lo que estaba funcionándole hasta ahora. Para cuando él finalmente le llamara, ya se le habría ocurrido algún argumento para rechazarlo.

Su acompañante estuvo de acuerdo y se despidieron casualmente. Una vez que lo hubo perdido de su vista, Kara extrajo su teléfono móvil de su bolso y miró la hora. Aún era temprano y tenía tiempo para dar una vuelta a Metropolis. Y de paso, ver si encontraba los zapatos para su vestido.

ACCIDENTALMENTE ENAMORADAS - SuperCorp [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora