🪻┆las condiciones

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Estando todas las partes reunidas, incluso el impresentable de Wang quien esperaba obtener algo esta vez

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Estando todas las partes reunidas, incluso el impresentable de Wang quien esperaba obtener algo esta vez. El abogado dio inicio a su lectura, y con ello mi mente viajo al pasado. Exactamente al día que esta maldición dio inicio.

*Flashback*

Escapar, esa era la idea que atravesó mi cabeza cuando con solo doce años, mi madre me obligó a ir a una fiesta. Hasta ahí no había nada de malo. Lo horrible era saber el motivo.

- ¿Esposo? -pregunté asustado-. Pero madre, yo no quiero casarme.

- No ahora, pero es bueno relacionarse con gente de buena familia, personas que están a nuestra altura.

- Pero mis hermanas son mayores, ellas podrían...

- Ellas no tienen tu apellido. Ser una Park incluye sacrificios, y es lo que harás para sacarnos de esta inmundicia.

- Mamá... -sollocé.

- Y no empieces con tales estupideces, mantén la compostura.

Muy a mi pesar, Mi madre me llevó a esa fiesta, donde personas de alto status social se reunían. Rápidamente ella entabló una conversación con alguien que seguro era algún conocido.

Entonces, aprovechando la confusión, me alejé de todos esos estirados. A mi no me importaba toda esa tontería. Solo quería respirar un poco o tal vez escapar. Pero soy consciente, no tenía a dónde ir.

Llegué hasta una fuente de agua, ahí me senté a descansar un momento. Posando mis cabeza sobre mis manos, me quedé mirando a las flores y hojas marchitas que estaban en el suelo. Decidí tomar una pequeña flor en mis manos, pasando mis dedos por sus pétalos.

Estuve así por un buen rato, hasta que el frío me atravesó a los huesos.

- ¡Uhh! -tirité de frío frotandome los brazos. Me enderecé para regresar, mas el agua en la fuente terminó salpicando mi atuendo y parte de mi rostro.

Asustado, pero más llena de curiosidad me acerqué, y observé a una persona que se incorporaba del agua. Las mangas de su saco y rostro estaban empapadas.

- ¿Se encuentra bien? -pregunté.

Él levantó el rostro, sus ojos azules hicieron contacto con los míos, mientras las gotas de su rostro caían una tras otra. Era un jovencito muy apuesto. Sentí como mis mejillas se ponían calientes, no era como cuando estaba cerca a Jeon, esto era distinto.

- Demonios, esto era lo último que me faltaba -murmuró, mirándose a sí mismo- Oye ¿vives aquí? -me preguntó.

- No, sólo soy un invitadao

- Maldición... -suspiró, intentando seguir con su camino, pero al hacerlo se tambaleó.

Mamá me daría una golpiza por ensuciar mi traje, pero no iba a dejar a alguien que necesitaba mi ayuda.

𝙽𝚄𝙽𝙲𝙰 𝙵𝚄𝙸 𝚃𝚄𝚈𝙾 ━━━ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora