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-Hola -saludó el pelinegro cuando se encontró al contrario preparando el desayuno.

- Buenos días, ¿cómo estás?

- Bien, ¿y tú?

- Bien, gracias -finalizó sonriendo antes de tomar su teléfono- "Hice el desayuno, no sé si te quieras quedar un rato ya que hoy no tenemos que trabajar."

Soobin sonrió triunfante, obvio que quería quedarse - "Me encantaría."

Una vez finalizaron su desayuno lleno de malos chistes y sonrisas, Beomgyu invitó al pelinegro a un pequeño balcón en la parte trasera de su casa donde se podía admirar el paisaje.

- Es hermoso.

- Lo es.

- ¿Quieres enseñarme un poco de lenguaje de señas?

Beomgyu asintió con las mejillas coloradas y una tímida sonrisa.

Luego de pasar un rato en las "clases", Soobin tuvo que irse, lo que le dio a Beomgyu un espacio para pensar en lo que últimamente ha pasado. Podía decir con confianza que Soobin era un chico realmente lindo, amable y guapo... Bueno, un chico con muchas cualidades que además era demasiado obvio con sus sentimientos. Pero al contrario de sentirse incómodo, su corazón empezaba a saltar cada vez que pensaba en él.

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- ¿Es tu día libre y vas a la biblioteca?

- Sí, mañana tengo otra cita con Beomgyu.

- Vaya, tus dos días libres. Creo que me voy a quedar sin amigo, ni siquiera al colegio le metías tanto empeño - se burló. Jamás había visto a su amigo enamorado, por lo que esta nueva faceta suya le parecía extrañamente graciosa.

Soobin rodó los ojos divertido - Hueningkai, será mejor que no me hagas hablar porque tú y Yeonjun tienen mucha cola que pisar.

- ¿QUÉ? -gritó Kai mientras soltaba una carcajada- ¿Debería hablar con Beomgyu sobre tu mal carácter? El pobrecito pensará que eres un ángel.

- ¿No tenías que irte?

- Es cierto, tengo una cita con mi novio en media hora, bye.

Soobin suspiró pesado una vez se fue su mejor amigo. Se levantó a buscar sus llaves y salió en su auto hacia la biblioteca, donde estuvo estudiando toda la tarde.

Su día fue bastante productivo, por lo que llegó a casa con la intención de descansar, eso hasta que llegó un mensaje de la persona que lo mantenía en las nubes últimamente.

- "¡¡Soobin, Soobin!! Ayer abrieron un nuevo café, ¿Quieres que tengamos nuestra cita allí?"

- Dijo nuestra cita -suspiró emocionado- "Claro, es una idea genial."

- "Genial, entonces descansa."

- "Sí, tú igual."

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- Entonces es así -dijo el pelinegro intentando imitar la acción del contrario. Se supone que debería estar diciendo gracias.

- -dijo Beomgyu emocionado.

- Creo que soy mejor cada día.

- Lo eres.

Soobin sonrió con dulzura - Gracias, por cierto, hoy estás precioso.

10 puntos para Choi Soobin por lograr hacer que su cita se sonrojara y sonriera lindamente ante el halago.

- Gracias.

- ¿Te gusta el pastel de fresas?

- Sí, es mi favorito.

- Vaya, yo prefiero los postres ácidos.

- Bleh.

- Qué grosero.

El castaño se encogió de hombros mientras soltaba una carcajada apenas audible, lo que fue suficiente para que Soobin terminara de caer por él.

- Precioso...

Una vez terminó la cita, el pelinegro dejó a Beomgyu frente a su casa y luego se dirigió a la biblioteca para estudiar un rato. Tal vez Kai tenía razón, el empeño que le estaba dando para aprender lenguaje de señas solo se lo había dado a una cosa: la música. La música era y siempre será el primer amor de su vida, la razón por la que hasta ahora no se ha arrepentido de nada en su corta vida.

Sirena - soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora