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╰ ✧ ❝En su abrazo, el éxtasis y el calor eran un pecado irresistible, un juego de pasiones que convertía cada página en un placer prohibido.❞
Samael, el ángel más hermoso del paraíso...
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━━ No pensé que habría patos cerca. —Digo apoyando al pato contra mi pecho mientras camino lejos del arroyo.— ¿Tal vez Adán te mandó a vigilarme?
El pato soltó un graznido ronco en confusión.
━━ Sí, tienes razón, es muy raro pensar eso. —soltó una risita baja,— aunque también es raro estar hablando con un pato. —sonrió divertida por la situación.— Pero supongo que eres capaz de entenderme, el ser que me creó fue el mismo que los creo a ustedes, así que seguro eres lo suficientemente inteligente para comprender un poco lo que digo.
Samael se sentía perdido, debía alejarse de la mujer y regresa al cielo antes de que oscurezca, pero simplemente aquella fémina parecía estar reacia a soltarlo.
Intento una vez más, pero ____ fue más rápida y lo sujetó con fuerza contra su pecho.
━━ Tranquilo, estamos llegando. —dijo sin mirarlo mientras seguía caminando y apartando con su mano parte de la vegetación que se encontraba en el camino.— Sabes, es agradable tener compañía, los animales de este lugar me hacen sentir menos sola.
Ahora le daba curiosidad, ella tenía a Adán su compañero propio, así que no entendía por qué se sentía así.
"Ohhh...." Pensó para sí mismo, "¿acaso tiene problemas con Adán?".
Era extraño para aquel Serafín de mejillas sonrojadas; era extremadamente raro. Los dos fueron creados para ser el uno para el otro, así que no había problema alguno en llevarse bien.
━━ Hemos llegado. —Samael volvió de golpe a sus sentidos cuando sintió el pasto en sus patas palmeadas, ____ lo había bajado y frente a él había varios patos adultos y algunas crías.— Ellos deben ser tu familia, tal vez te habías perdido y terminaste muy lejos.
El sol ya se estaba poniendo, esperar que esta se marchase y escapar de ahí hubiera sido tan sencillo si tan solo el bello rostro que tenía en frente no se viera tan decaído.
━━ Adiós, pequeño. —Se despidió mientras se alejaba a pasos pequeños de ellos, se sentía algo mal, ya que le tomaba aprecio rápidamente a los animales al estar tan sola y aquel pequeño no fue la excepción.—
Sintió el ruido de un aleteo detrás de ella, haciéndola girar a ver.
Samael estaba seguro de que se arrepentirá más tarde por haber caminado hasta ella y seguirla. Al ver sus ojos iluminados y su gran sonrisa, supo que valdría la pena regresar algo tarde a la casa si con un poco de su compañía ella estaba satisfecha.
Fue acunado por los brazos de la contraria.
━━ Debes saber que soy una mujer difícil. —Anunció sin detener su caminar.— Te dejé ir, pero regresaste por propia voluntad a mí, entonces ya no podrás escapar, debes entenderlo.
