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╰ ✧ ❝En su abrazo, el éxtasis y el calor eran un pecado irresistible, un juego de pasiones que convertía cada página en un placer prohibido.❞
Samael, el ángel más hermoso del paraíso...
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━━ ____, lamento que hayamos llegado a este punto —habló la serafín de cabello plateado, quien parecía ser la de mayor rango en aquel palco—.
La humana solo la observó por un breve momento para luego sonreír.
━━ Bueno, no creo que lo lamentes. Aquí todos seguramente apoyaron mi exilio del Edén para ir por mi reemplazo —dijo la fémina sin dejar aquella sutil sonrisa—.
━━ Y se te dio un lugar en el cielo, pero decidiste conspirar en contra y acabaste con el orden —replicó la serafín—. No solo eso, sino que también involucraste a la mano derecha de Dios.
"¡MATENLA!"
"¡EXILIO!"
"¡CONDENEN A LA HUMANA!"
Esas palabras y más se escuchaban en el bullicio que acababa de formarse. Cada uno de los ángeles mayores presentes gritaba a los cuatro vientos el castigo que se debía imponer.
Lucifer y ____ se encontraban en el suelo en medio de todo, observando con la cabeza en alto a sus enemigos. Cerca de los pecadores se encontraban tres ángeles con armas, incluyendo a Miguel, y a los lados de este último estaban Gabriel y Leonardo, quienes estarían presentes en el juicio.
Al ver que el ruido seguía, Miguel alzó su mano al aire con delicadeza, haciendo que todos los ángeles mayores guardaran silencio y así Sera pudiera tomar la palabra.
━━ Bien, entonces que inicie el juicio —anunció Sera—.
____ no tenía nada que ganar y eso ya lo sabía. Aun así, debía salir con vida de aquella situación.
Mientras ____ se perdía en sus pensamientos, Samael empezaba a temer sobre el destino de la contraria. A diferencia de ella, el rubio alado de baja estatura sabía que este juicio ya tenía decidido su final. Aun así, lo evitarían a toda costa.
Los dos saldrían juntos de allí.
━━ ______, la primera humana, no solo fuiste incapaz de cumplir con tu deber de nacimiento, sino que también tuviste la osadía de ir en contra de las leyes —habló un ángel cuyo rostro era un montón de anillos con varios ojos que la miraban con desdén y desprecio—. Fuiste expulsada del Edén y se te dio una oportunidad para redimir tus pecados en los cielos. Aun así, incumpliste tu castigo.
Otro de los presentes, un Dominions, alzó la mano. Muriel tomó la palabra y, mirando seriamente a Sera, escupió:
━━ Olvidó la razón de su creación, incumplió su castigo, se unió a uno de los mayores ángeles y no cualquier ángel, la mano de Dios. Los dos abrieron el paso del pecado al mundo. ¿Vale la pena pasar por un juicio? Los dos deberían ser castigados severamente —miró con repudio—. Propongo que el alma de la mujer sea destruida y Samael sea lanzado al abismo donde no pueda salir nunca.
