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Yo nunca dormía bien, siempre terminaba pensando de más las cosas al punto de destruir mi cabeza, tener dolores y finalmente caer rendido recién en plena madrugada, lo máximo que estuve durmiendo en ese tiempo fue de tres a cuatro horas, no había nada que lo solucione y tampoco quería recurrir a pastillas, me parecía extremista.

Dejé mis estudios universitarios, no me interesaba porque prioricé proyectos como actor que se encontraban muy cercanos, fue en un casting de esos proyectos que entablé una conversación seria con Blas, antes de considerar ser actor él ya era modelo, un muy buen modelo.

El primer encuentro de nosotros fue sumamente incómodo, tuvimos que tomar un mismo colectivo, prácticamente el mismo viaje hacia un casting presencial.

Había llegado algo apurado por no dormir a la parada del colectivo, vestía colores neutros al igual que él, no quise asumir mucho, pero se suele reconocer a la gente que toma algún casting para lo que sea, tener conocimiento de cómo funcionan esas cosas te ayudan a identificar a un compañero.

Él iba con sus auriculares puestos ignorando cualquier ruido fuera de ellos, yo le dí una rápida mirada a su perfil.
Era época de frío, por lo que parte de su rostro era tapado por una bufanda y su largo cuerpo siendo cubierto por un gran abrigo negro, tenía rulos igual que yo.

Tan rápido como quise llegó el transporte y ambos subimos, él se sentó en los únicos dos asientos libres, después de haber pagado el viaje observé el vehículo, el único lugar libre se encontraba al lado de él y estaba ocupado por el morral que al parecer utilizaba.

Tragué con nervios gracias a la ansiedad que cargaba y me acerqué, intentando preguntarle algo.

Él me miró confundido, no se quitaba los auriculares, cuando finalmente lo hizo retomé mi pregunta.

– Disculpa, ¿Me puedo sentar?

– Ah sí, perdón estaba distraído.

Me sonrió y se levantó de su asiento.

Le devolví el gesto y quise sentarme, pero el colectivo arrancó de forma repentina, me hubiera caído de no ser porque Blas alcanzó mi abrigo, lo arrugó un poco, pero no le dí importancia.

Me sostuvo, tuvo la amabilidad de evitar que tuviera un accidente, eso me generó tanta vergüenza, le agradecí y me senté, intenté ignorar su presencia poniéndome mis auriculares con la música al palo, ya sabía que mis cachetes estaban rojos, me solía pasar mucho en estas situaciones.

En todo el viaje estuvimos en silencio claramente, no nos conocíamos, yo de vez en cuando intentaba mirar lo que leía, tenía un libro abierto de par en par, pude identificarlo como el de "Mujercitas", no suelo leer tanto, pero tampoco desconocía en lo absoluto sobre literatura.

– ¿Te va gustando?

Él me miró y yo lo miré a él, no me percaté de lo obvio que estaba siendo.

– Perdón, no quería—

– No pasa nada... —sonrió— ¿Lees vos?

– No mucho, de vez en cuando. —le devolví la sonrisa— Parece que vos lees mucho.

Hizo un gesto con su rostro arrugando su nariz y negó.

– A veces, éste ya me estaba aburriendo.

– ¿Enserio?

– No... —soltó una risita— perdón, es un chiste horrible.

Sonreí de manera más amplia y negué restándole importancia, me dediqué a observarlo.

– Bueno yo bajo acá.

Cerró su libro y se levantó, cuando observé las calles noté que también bajaba allí.

– Espérame, yo también.

Espérame, le dije que me espere y por más extraño que me pareció en mí, me pareció más extraño que me haya hecho caso.

Bueno, hasta acá supongo que sólo fue incómodo para mí, con él salí de mi zona de confort.

Cuando bajamos del colectivo nos miramos, claro, los dos nos hacíamos la misma pregunta.

¿Íbamos a caminar juntos?

– Vas a...? —preguntó.

– Voy para un casting acá a tres cuadras y—

– ¡Para!

Me exalté por su repentino cambio de tono, notando su aliento frío.

– Yo también voy a un casting.

Los dos reímos por la situación y emprendimos camino hacia el lugar que nos correspondía, ambos en una charla trivial.

Así fue como los dos empezamos una amistad, acompañando al otro en ese ambiente, pero la idealización por mi parte estaba muy presente, sólo lo conocía frente a directores o en estudios de modelaje, en su vida cotidiana tenía un comportamiento completamente diferente.

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∘⁠˚⁠˳⁠°~ ∘ つ⁠。⁠☆

Nada peculiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora