Desventajas/Ventajas de un crush/novio alto [Kiribaku]

¿Por qué a mí?

Quizás está era una ocasión más en la que su cuerpo, él, se sentía presa del pánico, del miedo, se sentía un ciervo atrapado en la manos de un cazador.

O de un depravado.

- Mira... Tienes unos pechos jodidamente grandes, eh, Señor orgulloso. - La burla en la voz de aquel estudiante lo irritaba, pero la manera en la que estaba frente a él lo asustaba.

Entiende que ha sido un hijo de puta durante muchos años y que hasta hace unos meses ha intentado cambiar, pero no quería este karma, no quería esto, lo odiaba, odiaba tanto estar atado y amordazado.

- ¿Qué? ¿No vas a insultarme? - La sonrisa llena de malicia le hacía mal, las intenciones de este eran tan claras.

«Aun no puedo usar mi don, su droga es estúpidamente fuerte.»

Pensó, mirando su situación.

Tenía las manos atadas, acorralado contra la pared, incluso sin su don podría darle una paliza al estúpido que lo mantenía ahí, pero estaba drogado.
La droga hacia que su cabeza doliera casi como si fuera a estallar, estaba mareado, su cuerpo estaba débil y su don no servía, la droga que uso en el era fuerte, probablemente una muy difícil de conseguir y por sus actitudes de mierda él fue el objetivo.

- No sabes cuanto espere para joderte, eres un idiota, ¿Lo sabes, no? - Susurro contra su oído, a espaldas del rubio.

« Aléjate.»

Quería gritar, no quería esa voz susurrando en su oído, no se lo podía permitir, esa no era la voz que le gustaba escuchar en susurros.

- Siempre alardeando... Humillando a quien te place como si fueras el estúpido rey de todo Japón. - Gruño, tomando sus cabellos para tirar de ellos hacia atrás, la cinta en la boca del rubio callo el jadeo de dolor y sorpresa que lo tomo desprevenido.

Él lo sabe, sabe que es la persona más mierda, se dió cuenta demasiado tarde. Cuando casi arruina una amistad con su amigo de la infancia, cuando fue secuestrado, cuando se dió cuenta que tenía personas importantes y que realmente le importaban a su alrededor y casi las pierde por como los trataba, cuando se dió cuenta que alguien lo amaba. Joder, lo sabía, él merecía lo peor de lo peor y lo merece, pero no quiere que lo que está pasando sea su castigo.

- ¿Cómo crees que te verá la escuela a la que tanto le presumes siendo tratado como una puta?, ¿Crees que seguirán teniendo el mismo pensamiento sobre tí? - Su mano recorrió la cintura de Katsuki y este se estremeció, no por gusto, si no por asco.

« No lo quiero, suéltame, suéltame, no quiero que me toques».

Sus pensamientos eran tan fuertes y claros que parecía que realmente los gritaba, pero era inútil.

Esas manos eran frías, eran horribles y le causaban asco, a través de ese tacto podía sentir el deseo de hacerle daño, no lo quería, no era el tacto que recibía y gustaba.

No eran las manos cálidas y amables de Kirishima, no era la suavidad con la que le permitía que lo tocará, no era Kirishima, no se asemejaban en nada, no eran igual y no habrá nada que se equipare a lo que Eijirou le hace sentir.

No le gusta.

- Siempre eres tan arrogante y mírate ahora, estás a mi merced, si yo quiero follare tu boca, si yo quiero voy a follarte a tí, porque no hay nadie que venga a salvarte. - Lamió de la clavícula a su lóbulo, haberle quitado la camisa al rubio fue una idea excelente.

Nuevamente su cuerpo tembló, ahora podía ser consciente de cuanta seguridad le daba Eijirou.

Solo en esta situación podía anhelar más que nunca a Kirishima, porque le quedaba más claro que antes que Kirishima era único, que no podía pedir nada más que sus roces, sus palabras, sus tactos, sus caricias.
Kirishima lo hacía sentir seguro, desde el primer momento que le puso una mano encima, siempre pidió permiso y solo cuando se acostumbro a él y que el pelirrojo supo leer lo que quería ya no solicitaba nada, pero aún así, aún así sabía cuándo detenerse, sabía cuándo se sentía incómodo, sabía cuándo solamente quería un abrazo y palabras que lo reconfortar.