//Diversión//

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//Gyutaro//

- Sensaciones inefables *indescriptibles* he estado experimentando desde hace ya un tiempo atrás, ¿el motivo? no tengo certeza alguna de cuál sea la causa de ello, pero si hubo algo que pude identificar de dichas sensaciones, normalmente se hacen presentes cuando estoy con alguien en especial, Kaigaku, nueva luna superior seis que comparte rango con Daki y conmigo, cuando lo conocí sensaciones desconocidas recorrían todo mi cuerpo haciéndome sentir nervioso e incomodo, en esos momentos me preguntaba que me ocurría y el porqué mi cuerpo reaccionó de dicha manera con tan solo ver a Kaigaku.

- Él susodicho se encontraba a pocos metros de mí, estábamos en un callejón y él se encargaba de vigilar mientras yo torturaba un hombre que tendría posible información útil de la ubicación de la base principal de los cazadores de demonios.

- ¡Por favor se lo suplicó, piedad!- Gritaba el hombre mientras rogaba por su patética vida.

- Dame lo que quiero y tal vez así piense en dejarte con vida.- Respondí ante sus clamores.

- Escúchame humano, si sigues haciendo este alborotó te cortaré la garganta e iré tras tú familia ¿no quieres eso verdad?- Intervino Kaigaku con molestia, se estaba irritando por los comportamientos e incesantes suplicas que salían de la boca de aquel hombre.

- No se nada de lo que sea que estén hablando ¡lo juró!- Dijo el hombre desesperadamente.- Se lo ruego no lastime a mi familia, ellos no tienen nada que ver.- Se arrodilló el hombre ante Kaigaku enterrando su rostro en suelo mientras sollozaba.

- Umm... que interesante ¿no fue a ti quién vieron hablando con un cazador de demonios y entregándole un mapa, o acaso me equivocó?- Refutó *contradijo* Kaigaku mientras reía irónicamente.

- Y-yo.- Fue interrumpido el señor por el pelinegro que lo tomó por el cuello de su vestimenta para encararlo.

- Ten mucho cuidado con tus palabras debido a que, lo que salga de tú boca puede significar no solo tu muerte sino también la de tu preciada familia.- Advirtió amenazantemente Kaigaku mientras que con sus uñas rasgaba la piel del rostro de dicho hombre.

- ¡L-les diré lo que deseen t-todo! pero por favor prométanme que no le harán daño a mi familia.- Dijo entre ruegos finalmente para luego ser arrogado al suelo por Kaigaku.

- Habla, ¿qué coordenadas había en ese mapa?- Preguntó el demonio con su aura amenazante.

- L-los cazadores de demonios normalmente son guiados por sus cuervos, a mi me habían solicitado h-hacer un mapa que ilustraba el camino hacía una finca.

- ¿Qué finca?

- La finca mariposa, la de la pilar del insecto, donde se le son tratadas las heridas a lo cazadores heridos en pelea, este mapa se le sería entregado a alguien.

- ¿A quién?

- No me informaron nada más ¡se lo juró! por favor déjenme ir se los ruego.- El hombre se ponía en pie mientras lágrimas salían de sus ojos. Aquel demonio pelinegro sonrío sínicamente para luego golpear al hombre hasta arrogarlo a un muro de concretó provocando que escupiera sangre.

- Gracias por la información, ya no nos eres de utilidad.- Dijo Kaigaku orgulloso.

- Ustedes dijeron que me dejarían con vida, ¡ustedes lo prometie-!

- Dije que lo consideraría.- Interrumpí al hombre.- Ya lo consideré y decidí no dejarte con vida, será mejor no dejar testigos, probablemente vallas con tus amigos cazadores y les cuentes todo ¿no es así?

- ¡Por supuesto que no! ¡no diré nada, haré como si esto nunca sucedió! ¡no me maté!

- Alégrate tu familia queda impune de esto y les perdonaré la vida a ellos, más tú tendrás que morir por haber sido testigo.

El afecto de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora