El mejor papá

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Ei y Scaramouche fueron al hospital, Yae y Nahida llevaban rato esperando la llegada del alfa.

Al fin apareces — le reclamó Yae
a Scara — ¿Y tú?, ¿acaso lo golpeaste? — dirigiéndose a Ei.

Eso no tiene importancia, ¿Dónde está Nari?

Está sedado, está en una habitación, aún no nos permiten verlo hasta que despierte dijo el médico. — respondió Nahida.

¿Y el.. — Nahida lo abrazó antes de que que siguiera hablando.

El cachorro está fuera de peligro de momento, pero se ha convertido en un embarazo de riesgo.

El alfa respiró aliviado, había imaginado lo peor, se relajó en el abrazo de la omega.

— Es mejor que se muden pronto, esta ciudad ya no es cómoda para ninguno de los dos, yo iré a visitarte pronto— la peliblanca con su aroma a frutos secos le calmaba el alma.

No tenemos apartamento no hemos podido mudarnos por ello.

Quédate en casa al menos mientras consigues algo, prometemos que no los molestaremos — Yae tomó del brazo a Ei.

Scaramouche salió del abrazo de la omega y rodó sus ojos, tomaría la oferta de la pelirosa.

Tras una semana llena de cuidados y mimos culminaron su estadía en el hospital y con el deseo de mudarse a Inazuma con prontitud.

Scara y Tignari regresaron a casa para descansar una semana más por indicaciones del médico, era necesario ese reposo antes de poder tomar su vuelo.

Tignari pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo debido a los medicamentos.

Scara se dedicó completamente a cuidarle pero la llamada de la policía lo obligó a salir de casa, el alfa pidió a Nahida si podía hacerle compañía a Tignari mientras el salía y la omega aceptó.

Scara salió de casa rumbo a la estación, tuvo que tomar un taxi pues su auto había quedado destruido.

Tomaron sus declaraciones sobre el incidente para levantar los cargos contra Cyno.

Al salir se topó con Albedo en la calle del frente, el de cabellos cenizos hizo un ademán para captar su atención, el alfa no lo pasó desapercibido.

Hola, Scaramouche.

— Hola Albedo — no tenía interés en hablar con él.

Ya sé que no debes desear hablar conmigo, pero quería disculparme por lo que sucedió.

— Tú no tienes la culpa, el único culpable es Cyno.

Lo sé, yo desconocía por completo que Cyno había tenido una relación con Tignari antes de conocerme, tampoco sabía que me había sido infiel, pero.. me siento apenado por la situación a la que esto llevó a Tignari, porque inocentemente fui yo quién le pidió a Cyno que aceptara el puesto y nos quedáramos en Sumeru, él estaba dispuesto a irse antes de la llamada de Nahida.

— Albedo, no tenías una bola de cristal para adivinar que iba a suceder, tú eres una víctima más, yo ... siento haberte empujado ese día, pero entenderás que para mi, mi familia estaba primero.

Claro que lo entiendo, y eso me hace sentir muy mal.

— No pierdas más tiempo disculpándote cuando nada lo has provocado tú, lo mejor será que te divorcies, no mereces vivir en un infierno con él.

El alfa correctoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora