Mi cachorro

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La suavidad de la cola de Tignari sobre su pecho lo despertó, la esponjosa cola se movía lentamente sobre su pecho y abdomen, parecía que el zorro estaba soñando algo.

La apartó de su cuerpo y se giró para abrazar la espalda de Tignari, su cola quedó entre medio de sus piernas, sumergió su nariz en el cuello del zorro haciéndolo removerse.

No vayamos a ningún lado hoy, quedemos en casa así todo el día.

Tignari no tenía deseos de responder, aún seguía con sueño.

Déjanos dormir.

Scara lo apretó más en su abrazo y se quedó en silencio tratando de conciliar de nuevo el sueño.

El alfa salió esa tarde de casa para ir a comprar al supermercado, Tignari no quiso acompañarle, hacía mucho frío en la calle y prefería quedarse en el calor de las sábanas de la cama.

El sonido del timbre alertó a Tignari de que había alguien en la puerta, pensó que Scara había dejado sus llaves y bajó rápidamente para abrir.

¿Olvidaste tus ... — no era Scara.

No voy hacer nada, sólo quiero hablar contigo.

Tignari dudaba mucho si cerrarle la puerta en la cara era la mejor opción pero optó por hacerlo, pero la rápida mano del alfa se interpuso para evitarlo.

Dio dos pasos dentro de la casa para evitar que le cerrara de nuevo.

Tignari nunca tuvo miedo de él, jamás en todos esos años que compartieron sus vidas tuvo miedo de él, hasta ese día.

Desapareciste, no te encontré en la academia, ni en ningún lado, no conocía la dirección de tu nuevo apartamento y nadie quiso dármela, así que tuve que investigar la dirección de la casa de ese maldito.

¿Para que querías buscarme? ¿Te faltó algo más que destruir?estaba molesto por todo lo que había ocasionado.

¿Acaso también quieres golpearme y echarme en cara que tuvimos sexo? no importaba si su fuerza como omega era insignificante, no importaba nada, lo enfrentaría.

¿Yo destruir algo? su voz empezaba a sonar alterada y sus pasos cortaban la distancia hasta donde estaba el omega de pie.

Sí, mi vida, mi tranquilidad, la única maldita relación buena que tengo, hasta mi hijo, ¿acaso no te basta con los diez años que me destruiste día a día? — no lloraba, su ser entero estaba consumido en la ira, no le daría una lágrima al que ahora considera su verdugo.

Pero a pesar de la confianza un omega sigue siendo un omega y el alfa siempre tendrá el dominio sobre él.

" Y justo cuando estoy a punto de ahogarme, tú me devuelves a la vida.
Él me odia, y eso me encanta."


Nunca antes le había mostrado sus colmillos, nunca antes su olor lo había hecho mostrar su cuello en contra de su voluntad, nunca había saboreado el miedo, como en ese instante.

Contra una pared, con un alfa enfurecido que quería reclamarlo como premio, orillado al pánico y sin poder lograr que su cuerpo respondiera, su omega se entregó en sumisión al alfa.

El alfa correctoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora