Imagina que te sumerges en una película o te absorbes en la trama de un libro. La narrativa alcanza su clímax y, de repente, el villano, hasta ahora el epicentro del desprecio, revela en un diálogo prolongado y enfatizando las causas y motivos que lo convierten en el antagonista.
Sientes empatía; la emoción se manifiesta a flor de piel, pero conscientemente la ocultas, como si traicionaras al héroe a quien hasta hace poco respaldabas con fervor. En cuestión de milisegundos, te recriminas, frunces el entrecejo y concentras tu odio hacia el despiadado villano. No es un odio genuino; es una máscara de hipocresía que te permite volver al campo de parcialidad hacia el héroe.
No estoy revelando algo novedoso; todos conocemos el adagio: "El lobo siempre será el malo si Caperucita es quien cuenta la historia". Sin embargo, me atreveré a compartir mis reflexiones en "Villano... ¿O No?" sin sumergirnos en terminología y análisis complejos, ya que mi formación profesional no alcanza para tanto. Acompáñame en estas páginas de esparcimiento, condimentadas con un poco de humor, donde la relevancia del tema no quedará en segundo plano.
Te invito a reflexionar sobre tus propias experiencias. ¿Recuerdas alguna historia en la que la revelación del villano te hizo cuestionar tus lealtades? ¿O quizás te has sentido atrapado entre la empatía y la fidelidad al héroe? Comparte tus pensamientos a medida que exploramos juntos este fascinante terreno narrativo.
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Villano... ¿O No?
RandomImagina que te sumerges en una película o te absorbes en la trama de un libro. La narrativa alcanza su clímax y, de repente, el villano, hasta ahora el epicentro del desprecio, revela en un diálogo prolongado y enfatizando las causas y motivos que l...