❛ perfect ❜

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El ángel puso su mano en el pecho del humano, empujándolo suavemente hasta que estuvo recostado en el colchón de hojas que Lucifer le había preparado. Adán respiraba con dificultad, aferrándose al cuello del rubio, sus labios estaban hinchados y su cabello estaba desordenado, dándole la mejor vista a Lucifer.

La mano del ángel se deslizó lentamente desde su lugar en su pecho hasta su estómago, haciéndolo temblar de anticipación. Lucifer se inclinó y atrapó sus labios en un beso apasionado, su lengua chocando con la del castaño, gruñendo ligeramente al sentir las manos del humano tirar de su cabello. Lucifer se separó del beso después de morder suavemente el labio inferior de su amante, con una sonrisa seductora en su rostro.

──Amo ver cómo te derrites ante mí. ──susurró en el oído de Adán, dirigiendo dos dedos a sus labios. ──Lámelos. ──ordenó el rubio. Adán obedeció, sonrojándose aún más ante el tono autoritario en la voz del contrario.

Una vez húmedos con la saliva del castaño, Lucifer dirigió sus dedos al tenso anillo de músculos, sólo provocando, disfrutando la errática forma en la que Adán respiraba y cerraba sus ojos ante su tacto. ──Relájate para mí, lindo. ──susurró mientras dejaba besos en su cuello, su mano libre acariciando su cintura.

Unos besos más y Adán estaba lo suficientemente relajado, por lo que Lucifer empezó a prepararlo; introduciendo un dedo lentamente mientras observaba su rostro ante cualquier signo de incomodidad o dolor, pero Adán seguía gimiendo debajo suyo, así que seguramente estaba haciendo algo bien.

Cuando estuvo listo, Lucifer añadió un segundo dedo, moviéndolos suavemente para estirar y preparar a Adán. Observaba atentamente cómo el placer mezclado con la incomodidad cruzaba el rostro de Adán, ajustando sus movimientos para asegurarse de no ir demasiado lejos, demasiado rápido.

La respiración de Adán era errática y pesada, murmurando el nombre de Lucifer en voz baja, avergonzado de ser muy ruidoso, pero el ángel no lo permitiría. ──Déjame oírte decir mi nombre, Adán. ──pidió el rubio, dejando en la comisura de sus labios, acariciando su cabello desordenado con su mano libre.

Adán miró a los ojos al ángel, dividido entre su vergüenza y la necesidad de obedecer la petición, pero no tuvo tiempo de decidir cuándo Lucifer encontró su próstata, enviando una sacudida de placer a través de él, haciendo que un jadeo se deslizara de sus labios. ──Lucifer... Lucifer... ──susurró en un tomo más alto, pero que al fin y al cabo seguía siendo un murmullo.

Lucifer sonrió, sabiendo que había dado en el lugar correcto, y continuó masajeándolo con los dedos, provocando más gemidos de Adán. ──Ah, ah, ah. Más alto, amor mío. Grita si es necesario. ──ordenó, agregando un tercer dedo, haciendo que el castaño se retorciera de placer, soltando aún más hermosos sonidos.

──Lucifer... No puedo, ah... no puedo hacer eso. ──contestó mientras se aferraba a los hombros del rubio, mordiendo sus labios en un intento de ser más silencioso. ──Me van a escuchar...

──Pff, ¿quién lo hará? Él no está viéndonos, te lo aseguro, a los animales no les importa y dudo que la otra humana esté cerca. ──soltó mientras besaba sus mejillas, intentando tranquilizar el nerviosismo de su amante. ──Somos sólo tú y yo, Adán, y quiero escuchar cualquier pequeña cosa que salga de tus labios. ──dijo, torciendo sus dedos dentro de Adán, finalmente sacándole un pequeño grito de placer.

꒰ bite the apple﹔hazbin hotel ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora