꒰ bite the apple﹔hazbin hotel ꒱

❛ eternity ❜

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Durante lo que parecieron horas interminables, Lucifer cayó sin cesar, con la sensación de que el tiempo se había detenido en ese abismo sin fin, cada vez que pensaba que estaba por llegar al fondo, descubría que aún quedaba un trecho más para caer. El eco de sus propios gritos resonaba en el vacío, pero no había nadie para escucharlos, nadie que pudiera rescatarlo del destino que al que se había condenado; la desesperación lo envolvía como una sombra gélida, y el remordimiento por sus acciones imprudentes pesaba sobre su alma.

Finalmente, cuando creyó que no podía soportar más el tormento de su caída eterna, el rubio percibió un cambio en el ambiente a su alrededor. La oscuridad comenzó a disiparse lentamente, y una luz roja débil se filtró a través de la oscuridad que lo rodeaba, nubes negras y grises se deshacían en su rostro mientras caía. Se aferró a esa luz como si fuera su única esperanza, permitiéndole abrir sus alas y detener su infinita caída, pudiendo descender a su propio ritmo.

Pasaron varios minutos hasta que Lucifer finalmente pudo sentir el suelo debajo de sus pies. Miró a su alrededor con cautela, tratando de orientarse en ese lugar extraño y siniestro; el cielo era rojo y había cenizas en vez de tierra, montañas altísimas con riscos afilados, grotesca vegetación en tonos rojizos y negros y un extraño olor a carne quemada se hacía paso en su nariz. No había señales de vida ni sonidos aparte del eco sordo de sus propios pasos entre las cenizas.

El recuerdo de sus momentos con Adán lo atormentaba, y el dolor de su ausencia le perforaba el corazón. Se preguntaba si alguna vez podría volver a verlo, si volvería a pasar sus dedos en su piel suave al tacto, si volvería a oír su voz cuando decía su nombre, o la forma en la que gemía debajo suyo cuando le hacía el amor, si volvería a probar sus labios, o escuchar sus "te amo".

Con el paso del tiempo, la tristeza del ángel caído comenzó a transformarse en un ardiente resentimiento hacia Lilith y hacia él mismo. ¿Cómo pudo haber sido tan ingenuo, tan débil, tan fácilmente manipulado por sus propios deseos?

Ahora debía pagar el precio de su error, y pasar la eternidad en este pozo de oscuridad no era para nada algo que alguna vez hubiera pensado que tendría que afrontar.

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Después de un tiempo, Lucifer encontró una manera de colarse en el Edén; utilizando un disfraz para que los ángeles que lo protegían no lo reconocieran. Su disfraz consistía en transformarse en uno de los animales del jardín, uno ágil, sigiloso y capaz de moverse sin levantar sospechas, por lo que se decidió en una "serpiente", que si bien no eran tan comunes como otros animales en el jardín (según Adán le había contado), eran perfectas para escabullirse.

Las primeras veces habían sido breves visitas, se quedaba apenas un rato para comprobar si su disfraz era lo suficientemente convincente y después de que ningún ángel lo exiliara, Lucifer finalmente pudo permitirse merodear el jardín a gusto.

Se deslizó ágilmente en el pasto, haciéndose camino entre los arbustos hasta que vio algo que no esperaba. Era una humana, una mujer humana. El ángel caído la siguió de cerca, observando cada movimiento. Ahora que lo pensaba, tenía sentido que Dios creara otra compañera para el primer hombre, recordaba el tiempo en el que Lilith aún no existía, cuando en el jardín estaba sólo Adán y cada día esperaba con ansias a que Lucifer bajara del cielo a visitarlo.