꒰ bite the apple﹔hazbin hotel ꒱

❛ drift away ❜

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Lucifer había pasado un tiempo espiando a los humanos en el Edén, esperando por el momento indicado para poder completar su pequeño plan. Era simple; primero iba a hacer que Eva mordiera la manzana y luego juntos intentarían convencer a Adán de que hiciera lo mismo, para llevarse a los dos humanos al infierno con él. Era un plan infalible... ¿verdad?

Por eso se encontraba ahora mismo en el jardín, utilizando su forma de serpiente, deslizándose entre el pasto y las florecillas en el suelo, abriéndose camino hasta llegar al árbol del conocimiento del bien y el mal. Había visto a Eva merodear cerca del árbol hace unos minutos y estaba seguro de que estaba por acercarse, por lo que Lucifer volvió a su forma normal, despejando con su mano la nube de humo rojo anaranjado y los brillitos dorados que se aparecían cada vez que cambiaba de forma.

Se sentó en la base del árbol, apoyando su espalda en el tronco del árbol, repasando su plan mientras jugaba con el anillo plateado en su mano izquierda, sintiéndose algo reconfortado al saber que, de alguna forma, aún había algo que lo conectaba a Adán, por más pequeño que fuera.

No se dió cuenta de que se había perdido en sus pensamientos hasta que escuchó un sonido de sorpresa cerca suyo, a lo que levantó la vista y observó a Eva parada en frente suyo con unas plantas en sus manos. ──¡¿Acaso eres nuevo en el jardín?! ──la pelirroja lo miró con una sonrisa de oreja a oreja, lanzando las hierbas al suelo para acercarse al rubio sentado en el árbol. ──Te pareces a un ángel, ¿eres un ángel? ──preguntó mientras tomaba a Lucifer de las manos y lo obligaba a levantarse del suelo de un tirón. Vaya, qué energética.

EL ángel caído hizo una mueca ante aquello. ──Uhm, algo así, mi nombre es Lucifer, ¿cómo te llamas? ──preguntó, sabía la respuesta, pero era más respetuoso preguntar, ¿no? Lucifer sacudió el polvo de sus manos y le ofreció una a la mujer, que lo miró confundida por un segundo hasta que sacudió su mano con fuerza.

──¡Me llamo, Eva, un gusto conocerte! ──saludó Eva, sacudiendo su brazo tan fuerte que el rubio tuvo que separarse antes de que le arrancara el brazo. ──¡Oh, deberías conocer a mi esposo, Adán! Él está por all-

──Espera, espera, ¡recién nos conocemos! ──exclamó Lucifer, intentando enmascarar el salto de su corazón al oír el nombre. ──Deberíamos hablar un poco más primero, ¿no crees? ──ofreció con una sonrisa amigable.

──Sí, tienes razón. ──respondió la pelirroja enderezando su postura, poniendo una mano en su barbilla. ──¡Oh! ¿Cuál es tu animal favorito? ──preguntó con entusiasmo, soplando un rizo que le hacía cosquillas en la mejilla, dando saltitos.

Lucifer sonrió y extendió la palma de su mano, en donde un humo dorado se materializó tomando la forma de un patito. ──Me encantan los patos. ──dijo observando con orgullo cómo la cara de Eva se transformaba de sorprendida a genuinamente emocionada. Con un ligero soplo de aire, el patito desapareció en el viento del Edén.

Hubo una pequeña pausa en la que Eva miró boquiabierta su mano, ahora vacía. ──¡¿Qué fue- cómo- cómo hiciste eso?! ──exclamó al salir del pequeño trance. ¡Eso fue genial! ¡Eres genial!

Su pecho se infló de orgullo ante los elogios de la pelirroja. Okey, bien, quizás podría debatirse compartir a Adán con la humana, que ya empezaba a caerle bien. ──Gracias, gracias. Poderes angelicales, supongo. ──respondió con una pequeña reverencia a Eva, a lo que esta respondió con pequeños aplausos. ──Podría enseñarte más si comes esta deliciosa manzana, ¿te gustaría probarla? ──dijo mientras hacía aparecer a la dichosa manzana, que había cortado del árbol antes de que la mujer se le acercara.