Capítulo diecisiete: Un buen amigo

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Capítulo diecisiete: Un buen amigo

Pasaron unos días para que Lucifer se curara casi por completo, aun le dolían sus huesos y no podía volar muy bien que digamos, pero al menos se podía sostener en pie, la mayoría de veces gracias a su bastón de manzana.

Papa, no debes forzarte- dijo Charlie acercandole una bandeja con un té y un plato de galletas en la sala principal del hotel

No me gusta estar sentado o acostado todo el tiempo mi amor- contestó Lucifer

Pero es por tu bien- Charlie ayudó a su padre a sentarse nuevamente

¿Saben algo de Alastor?- preguntó Lucifer

Hable con el príncipe Goetia- dijo Charlie

¿Si?- preguntó Lucifer

Dijo que ya lo encontró, sabe dónde está- dijo Charlie


Pues Alastor, después del incidente, desapareció, sin dejar rastro alguno, muchos pensaron que era su orgullo que no lo dejaba acercarse a ellos y otros porque su cadena ya se había eliminado por completo, pero todo dejaba con inquietud al pobre ángel caído.

¿Dónde está?- preguntó inquieto Lucifer

No me lo dijo, me dijo que te dijera, para que tu te comuniques con él... dice que será más apropiado que tu te enfrentes con Alastor que yo o alguno de los residentes- dijo Charlie resignada

Tiene razon, ire a por ese idiota- dijo Lucifer

Pero primero tomate tu te ¿si?- preguntó Charlie

¡Razzle!- Lucifer llamó al pequeño cabrito- Lleva esta bandeja a mi cuarto


Lucifer se despide de Charlie y desaparece en llamas. Cuando Razzle estaba a punto de tomar la bandeja Charlie lo toma y con una mirada le dice a Razzle que mejor la acompañe a que cargue la bandeja.

Alastor se encontraba en un lugar muy lúgubre, había un pequeño cubículo de radio destrozada, por no decir que todo el lugar estaba en pedazos, todo era rojizo, era decir mucho para el mismísimo infierno. Alastor se encontraba dentro de la cabina, una mano posaba en los instrumentos de comunicación y otra en su cuero cabelludo, parecía que se estaba jalando sus propios cabellos, apretaba su mandíbula como si tuviera coraje de algo.

Si sigues asi, quedaras calvo- dijo Lucifer sonriendo detrás de Alastor


Alastor volteo completamente asustado y sorprendido hacia el rey, pues no captó cuando el maldito ángel caído había entrado en su cabina de radio.

¡LARGO!- ordenó Alastor

¿Tu? ¿Ordenándome algo a mi?- preguntó Lucifer indignado, pero gracioso

Alastor saca sus tentaculos negros

Uy, el pequeño ciervo se ha cabreado- dijo Lucifer esquivando los ataques, pero su dolor hace que su pie se doble y es atrapado por uno de ellos, dejándolo chocar fácilmente con la pared, el tentáculo no dejaba al rey tocar el suelo.

¿En serio? ¿No tendrás piedad? Estoy herido- dijo Lucifer

Alastor pensó unos segundos y soltó al rey

Entonces lárgate ya- dijo Alastor

Ehhh... no- dijo Lucifer tratando de quitarse el polvo

No tienes porque estar aquí- dijo Alastor

Paternidad RequeridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora