Boda

21 1 0
                                    

Vestidos. Vestidos. Vestidos.
Era todo lo que había en mi casa y no podía más con el tema.
La gira de la victoria había terminado hace tan solo 2 días y apenas había tenido tiempo de respirar cuando comenzaron a llegar los vestidos hoy en la mañana.
Era de esperarse después de que Peeta me propusiera matrimonio, pero no creí que fuera a ser todo tan rápido.
Me muevo de la piedra donde estoy parada y comienzo a caminar en círculos mordiéndome las uñas.
Peeta había cumplido con su parte, como siempre de forma excepcional porque para él era un sueño hecho realidad. Con su propuesta habría calmado a los distritos.
Las personas en verdad habían creído nuestro amor. ¿Y cómo no? Si todo Panem se había enterado que, casi desde comenzó la gira, estábamos durmiendo juntos y que en cada distrito nos escapábamos para poder estar juntos sin las cámaras.
Todos esos rumores llegaron a oídos y ojos de Snow, y tan fuertes eran que incluso lo habíamos convencido a él de nuestro romance adolescente. O al menos es lo que Peeta y yo nos imaginamos después de estar en su mansión y su oferta de casarnos en el Capitolio.
No había más amenazas, no había más disturbios, no había más chica en llamas que alentará una rebelión.
Sólo una chica enamorada y comprometida.
Una chica que en un par de meses tendría que ponerse un vestido de novia y casarse con su compañero vencedor.
"Podría ser peor" es lo que me habría dicho Haymitch en el tren de regreso a casa. Y aunque me cueste admitirlo, tenía razón.
Casarme con Peeta es casi un premio comparado con lo que pudo ser si me quedaba sola en todo esto. Él me ama, soy consciente de eso aunque no pueda corresponderle, me apoya en muchas cosas e incluso se quedaba hablando él solo en los discursos en algunos distritos dónde yo no tenía las palabras adecuadas.
Y durante esos meses nuestra relación pasó de ser indiferente a ser una amistad fuerte que se vio obligada a un compromiso.
Él cumplió con su parte, ahora yo debo cumplir con la mía.
Debo casarme con Peeta porque sin él podría ser mucho peor.
Camino sobre la nieve que se extiende bajo mis pies de vuelta a casa.
No, no quiero ir a casa aún.
Cruzo la valla y me dirijo a la panadería por el camino más corto que me sé.
Veo a las personas que me sonríen y saludan en el camino y trato de devolverles el saludo. Otra razón más para sentirme agradecida con Peeta. No sé que habría sido de las provisiones extra para nuestro distrito si nuestro romance no hubiera convencido a nadie.
Me acerco a la panadería y me quedo en la puerta dudando en entrar cuando la campanilla de bienvenida suena y del lugar sale un hombre alto, fornido y sonriente.
-Katniss, pasa, pasa, le diré a Peeta que haz venido a verlo.
Le devuelvo la sonrisa al padre de Peeta y acepto su invitación a pasar.
Dentro de la panadería hace calor, bastante pero no quisiera quitarme el abrigo porque no sé cuánto tiempo me tome esto.
Escucho como el señor le avisa a su hijo que tenía una visita, Peeta preguntaría de quién se trataba, a lo que su padre le responde que una linda chica de una sola trenza.
Eso me hace gracia aún, no puedo creer que él recuerde cuando yo iba de dos trenzas al colegio.
-Oh, Katniss. Hola.
-Hola
El hijo del panadero se sacude las manos y los brazos en un intento de quitarse la harina de encima, pero no sería suficiente. Camina rodeando el mostrador y quedar frente a mi con una enorme sonrisa.
Tenía harina en unas parte del rostro y casi todo su cabello, así que estiro mi mano para sacudirle y limpiarle un poco la mejilla.
El contacto con su piel aún me provoca una chispa en los dedos que no me explico, por lo que aparto mi mano y le miro.
-¿Ocurre algo?
Preguntaba extrañado.
-¿Qué no puedo venir a ver a mi prometido sólo por gusto?
Una risa sonora sale de sus labios mientras levantaba las manos en forma de rendición.
-De acuerdo, ¿Entonces sólo haz venido porque me extrañas?
-Algo así.
Había mordido la parte interna de mi mejilla tan fuerte que me dolía al hablar ahora
-Quería venir a agradecerte por todo y avisarte que han llegado...
- Está bien...¿Agradecerme qué? ¿Y llegado quién?
Su mirada de confusión, me recordaba a un niño pequeño. Y siempre me hace reír cuando hace esa cara.
-Agradecerte estar conmigo en todo esto y los vestidos para la boda.
-Katniss, no tienes nada que agradecerme, estamos juntos en esto. Yo debería ser el que debería disculparme por meterte en todo esto. Sé que piensas que lo disfruto pero la verdad es que me preocupa que nuestra relación te moleste con todo esto del compromiso y la boda.
-No, para nada, Peeta. Te estoy muy agradecida porque todo esto de me habría ido de las manos desde el principio. No sé qué habría hecho sin ti durante toda la gira.
-Pero...
-Ni un pero más.
Lo corto de repente porque no quería seguir con el tema y porque habían llegado clientes al lugar.
-Por favor, ven en cuanto te sea posible. Hay que elegir un vestido, entre otras cosas para la boda.
Me acerco a él para darle un beso en la mejilla pero se mueve así que mis labios se clavan en la comisura de sus labios y vuelvo a sentir esa chispa al entrar en contacto con su piel.
Él sólo me mira y sonríe.
-Estaré ahí en unos minutos.
-De acuerdo.
Me despido de él y veo como los clientes nos ven al separarnos.
Tal vez no ame al panadero, pero sin duda hay algo que me pasa cada vez que lo tengo cerca o que su piel entra en contacto con la mía.
Ojalá supera lo que es o como explicárselo a alguien.
Camino con dirección a la aldea de los vencedores. Entro a mi casa y vuelvo a ver todos los vestidos para la boda en la sala y parte de las escaleras.
-Denme esos vestidos.
Digo para acabar con todo esto cuánto antes y porque quiero que Peeta vea que no es ninguna molestia para mí ni que lo culpo de todo esto.
El único responsable de todo esto es y será siempre Snow.

¿Vencedores?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora