¿Vencedores?

¿Agradecimiento?

El muto viene detrás de mi.
Lo puedo sentir, su rugido está sobre mi oído.
No dejo de correr pero las piernas ya no me responden.
Estoy a punto de caer.
El muto me rasguña el tobillo y es cuando cedo. Caigo delante de él y cuando me giro a verlo, justo antes de atacarme veo como la bestia se transforma en Cato.
Toma su espada y me atraviesa en el estómago.
El dolor es horrible. Grito mientras intento sacar el arma de mi cuerpo.
-Katniss. Despierta.
Su voz me hace reaccionar
-Katniss.
Siento sus brazos rodeándome y es cuando me permito abrir mis ojos. Estando él no hay nada que pueda venir de mis sueños a atacarme.
-Sólo fue un sueño. Tranquila.
Aún en medio de la obscuridad logro ver su rostro tan pegado al mío y aspiro su aroma a canela.
-Te fuiste
Le reprocho porque esto me ocurre solo cuando él no duerme conmigo.
-Fui al baño. Lo siento.
Escondo mi cabeza entre su cuello y hombro por sentirme tan tonta al reclamarle algo así.
Acaricia mi espalda y eso me relaja aún más.
-¿Peeta?
-Dime
-¿Por qué nunca sé cuando tú tienes una pesadilla?
Guarda silencio un momento
-Creo que yo no me muevo, ni grito cuando tengo una pesadilla. Sólo me quedo paralizado
Me quedo pensando que no debe ser tan malo así aunque entonces no podría darme cuenta cuando él tiene un mal sueño
-Deberias despertarme cuando tengas un mal sueño. No es justo que yo te despierte solamente
Su primera reacción no era lo que esperaba.
Su risa tímida suena junto a mi oído.
-¿Qué?
-Nada.
Me separo y trato de verlo entre la obscuridad de la habitación. Sé que él también intenta verme.
-Katniss. Mmm...es que mis pesadillas suelen ser sobre perderte.
Hace una pausa y yo no sé que más decir.
-Cuando despierto y estás aquí, así conmigo, la pesadilla se evapora tan rápido como si no hubiera pasado.
Y lo hace de nuevo.
El chico del pan vuelve a ser sincero conmigo, pero eso ya no me abruma cómo antes.
Entiendo que no dice eso para incomodarme, sólo es su forma de confesarme su amor.
Y yo sólo tengo una forma de agradecerle.
Acerco mis labios a los suyos y él me corresponde como siempre.
Sus labios son suaves y cálidos, nunca me cansaría de sentirlos.
Últimamente no me detengo a pensarlo, sólo me dejo llevar cuando Peeta hace algo romántico, siento que es una forma de agradecerle por todo lo que está haciendo para salvar nuestras familias.
Sólo es para agradecerle, ¿No?
¿Por qué otra razón me pondría a  a besar a Peeta a cada rato?
Nos separamos por falta de aire y es cuando siento su mano acariciar mi rostro.
Y su intento de dormirme funciona.

Abro los ojos y él sigue dormido, me gusta verlo dormir aunque sea poco tiempo en las mañanas.
Acaricio su cabello y me pongo a contar sus pestañas.
Estoy por despertarlo cuando alguien se asoma a la puerta.
Prim.
-Mamá dice que el desayuno está listo.
Lo dice en un susurro.
Es sábado así que no hay clases el día de hoy.
-Bajamos en un momento, patito.
Veo que sonríe pero sin muchas ganas.
-¿Qué ocurre?
-Mmm
La veo dudar así que con la mano libre que me queda le invito a acercarse para que me diga con mayor confianza.
Se sienta a mi lado en la cama y ve a Peeta como si temiera que nos escuchara.
-Sigue dormido
Lo digo en voz baja porque a veces siento que Peeta  se despierta con facilidad. Aunque no he descifrado a qué se deba.
-¿Segura?
Asiento con la cabeza y acaricio tu mano para que me diga lo que le preocupa.
-Es que no había pensando cómo sería cuando tú y Peeta se casen.  Yo estaría muy feliz de que estuvieran aquí como ahora, pero creo que ustedes cómo esposo deberían tener su casa.
Una amiga en la escuela dijo que ahora que se casen posiblemente no te vea mucho porque harán su propia familia.
Me quedo muda ante la confesión de Prim, pero intento aparentar que no me asusta pensar que algún día Snow también nos obligue a tener un hijo.
Parpadeo varias veces para alejar ese pensamiento ahora y digo con toda la calma de la que soy posible.
-No tienes que preocuparte por eso Prim, aún no nos casamos y cuando lo estemos verás que nos seguiremos viendo como hasta ahora. Peeta podría mudarse con nosotras.
Tomo su mano con fuerza para reafirmar mis palabras.
-¿Crees que quiera mudarse?
-Claro...
Intento sonar convencida pero mi voz declina al final.
-Él haría todo lo que tú le pidieras. Te ama mucho, Katniss.
-Lo sé
Sonrió al pensar en eso y ella me mira con unos ojos cómplices.
Intenta decirme algo más y Peeta  despierta, así que cierra la boca nuevamente.
Él al ver a Prim se aleja rápido de mi. Mi hermana se ríe y repite su mensaje
-El desayuno está listo
Dando saltitos sale de la habitación y cierra la puerta dejándonos solos.
-¿Dormiste bien?
-Bastante, gracias a ti.
Me sonríe y yo bajo la mirada porque aún provoca que me sonroje a pesar de todo lo que hemos pasado.
Lo veo levantarse y acomodarse la camiseta de dormir.
Hablar con Prim me animó de nuevo para preguntarle a Peeta algo que he estado postergando desde hace algunas semanas.
-Peeta, ¿Te mudarías aquí después de casarnos?
Lo suelto así sin más, sin pensarlo o darle mucha vuelta.
Él me mira sorprendido y cuando creo que está tardando en contestarme.
-Claro, Katniss
Me sonríe de nuevo, pero la sonrisa se desvanece rápido.
-¿Tú familia estará de acuerdo con eso?
-No veo porque no. Ya están acostumbradas a tenerte aquí y...
Hago una pausa
-Sería bueno estar cerca por si tienen un problema algún día.
Peeta me mira confundido.
Al parecer no lo convencí con esa segunda parte pero no quería comentarle lo mismo que Prim a mi y asustarlo.
Estoy casi segura que Snow nos obligará a tener una familia y personalmente no me sentiría bien pasando un embarazo en una casa a solas mientras todo Panem nos vigila por ser vendedores.
Él se mete al baño y yo suelto el aire que hasta ahora había retenido.
Además, no tengo claro que es lo que siento por el hijo del panadero.
Hasta ahora él me ha tenido la paciencia suficiente para no preguntarme nada sobre eso pero sé que en nuestro acuerdo de un falso matrimonio no estaba incluido besarnos fuera de cámara o dormir juntos siempre.