Hermoso Caos

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Sergio

Camino por la casa sintiéndome cada vez mas ansioso. Mis manos recorren las lisas paredes blancas, en mi mente resuena esa voz cada vez mas fuerte.

-Encuéntrame, encuéntrame.- Es una voz suave pero dominante.

Escalofríos recorren mi médula al sentir como se remueve en mi lo que Christian lucha tanto por contener.

Llegó al jardín inconscientemente y veo a Lance practicar tiro al arco con Fernando, ellos me saludan y yo sigo mi camino.

Puedo sentir mis manos cosquillear, puedo sentir el poder creciendo en mi cada vez mas.

Llegó hasta el lago que hay en la mansión y me dejo caer sobre el recién cortado césped. Los rayos del sol comienzan a descender sobre mi, puedo sentir la energía de la tierra debajo de mis manos, puedo absolverla, puedo ser más.

-Deja de hacer eso!- Charles me empuja con fuerza logrando que mis manos se sumergen en el lago, el enojo y la ira toman control de mi y volteo a verlo, Charles retrocede con miedo.

Me levanto sintiendo el poder del agua correr por mis venas todo es energía. Es tan jodidamente estúpido como podría obtener el maldito mundo de así quererlo.

-En tu vida me vuelvas a tocar Charles porque para la próxima te reduciremos a nada- Me alejo de él, golpeando su hombro a propósito.

En el camino escuchó los gritos de Fernando pero camino decidido a salir de aquí, la maldita voz en mi cabeza resuena con fuerza, callando hasta mis propios pensamientos.

Antes de poder salir la voz se calla y entonces solo lo escucho a él.

-Tranquilo, ven conmigo.- Desisto de salir de la mansión y caminó en dirección a la oficina.

Todos se alejan al verme , se el motivo pero no quiero verlo.

Antes de entrar a la oficina me detengo a ver mi cuerpo en el espejo que recubre la pared.

Mi reflejo está allí normal, un chico de 18 años pero si miras con atención allí está el fuego, es como un reflejo un aura lo llama el.

Mis ojos destellan pequeñas llamas, y mis manos pican por dejarlo salir.

Me adentro a la oficina y lo veo parado frente a la ventana. Me acerco hasta quedar a su lado el aroma a madera inunda mis fosas nasales y me calma de inmediato.

-Lo lastime?- Le pregunto y él niega.

-Se asusto. Que te tiene tan ansioso hijo?- Christian toma mi mano y revisa mis dedos.

-No lo se, siento que cada vez es más difícil mantenerlo a raya. Siento que en cualquier momento perderé el control.- No mencionó nada acerca de la voz pues tal vez él ya lo sepa.

Christian Horner me adoptó hace un par de años después de haber en mis propias palabras asesinado a mis padres.

Christian insiste en que fue un accidente un niño de 12 años que no podía controlar lo que era. Yo lo llamo por lo que es, los maté y no siento remordimiento.

-Tu mente está siendo un poco rebelde conmigo, no puedo entrar a ella con facilidad.- Asiento pues no quiero que lo siga haciendo, solo que no encuentro la manera de decirlo sin sonar desagradecido.

-Te dije, no puedo controlarlo. Tal vez debería ir a ver a Toto.- El niega.

-Toto no podría ayudarte hijo, dudo que alguien pueda hacerlo, solo tu, pero le tienes tanto miedo a lo que eres.- Lo paró en seco, pues ese sermón lo he oído a través de los años y no tiene ningún efecto sobre mi.

One Shoots Chestappen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora