One Shoots Chestappen.

Renegade

-Max, tienes que consumar el matrimonio con el príncipe Sergio, si no lo haces tu, le pediré a tu hermano que lo haga, pero es necesario que Sergio nos de un heredero, para poder terminar con este teatro.- Mi padre se sirve otro vaso de Vodka y rellena el mío.

Sergio es un príncipe omega, nuestros padres pactaron antes de nuestro nacimiento el unirnos en matrimonio para que la pureza de nuestra sangre se conservara. No hubo una gran boda, de hecho no tengo ni el gusto de conocer al tal príncipe, vivimos juntos pero cada quien tiene su propia ala en el castillo.

Mi hermano Charles habla maravillas del tal Sergio, pues que sea quien consume ese patético trato. No me interesa un omega como el.

-Que lo haga, quieres un heredero no es así? Pues que mas da si es mío o de Charles.- Mi padre asiente y se levanta, saliendo de mi oficina. El aroma a madera queda impregnado así que dejo salir mi aroma para cubrir el suyo. Odio los aroma de lo demás. Por eso se que odiare a ese omega.

Para poder consumar el matrimonio, y darlo por terminado, Sergio nos tiene que dar un heredero Verstappen Pérez, y para esto hay que marcarlo. No hay nada mas doloroso para un omega que un lazo roto, eso lo podría matar.

Por eso no lo he hecho, ni el me quiere a mi, ni yo lo quiero a el. Odio cuando hablan acerca de ser predestinados, es una ridiculez. 

El sol y la luna, el alfa y omega.

Escucho la puerta y un aroma a chocolate invade el lugar, extrañamente no me desagrada.

-Adelante- La puerta se abre mostrándome un joven muy atractivo.

-Príncipe- Hace una leve reverencia que me permite ver un cabello casi negro con pequeños rulos.- He venido aquí para que me firme este permiso para el príncipe Sergio quien pide salir a la casa en la playa para poder llevar su celo con tranquilidad allí.- El joven omega, me tiende una hoja de papel y puedo notar sus manos suaves, para ser un criado de Sergio esta de hecho muy bien cuidado.

-Porque se quiere ir?- Le pregunto.- Es peligroso para un omega en celo estar solo y tan lejos.- El omega frunce su rostro dejándome ver algunas pecas que cubren su nariz y mejillas. Demasiado lindo para ser un criado.

-Mhhm, pues verá el príncipe controla muy bien su ciclo, además de que ya está fastidiado de estar encerrado- El tono de voz que usa me causa intriga.

-Ya veo.- Firmo la hoja, pues que mas me da a mi si se quiere poner en riesgo.- Cuando comienza el celo? Cuando se quiere ir?- el mira la hoja y una gran sonrisa adorna su fino rostro. El aroma a chocolate se intensifica y me hace sentir en calma.

-Ya mismo! Perdón es decir su celo inicia en 3 días y me iré hoy mismo.- Sus ojos marrones se abren con temor.- Perdón es decir nos iremos hoy en la tarde.- Asiento y lo veo levantarse, hago lo mismo y Entonces noto la ropa de seda en su cuerpo. Acaso podría ser un amante de mi esposo? Porque un criado estaría vistiendo seda?

-Le agradezco su tiempo príncipe, con su permiso me retiro.- Asiento y lo veo irse con unos pequeños brincos de felicidad. Una sonrisa involuntaria se planta en mis labios.

Tal vez podría ir a visitar al tal Sergio antes de que se marche. Si tal vez.

El aroma a chocolate prevalece en mi oficina, realmente es un aroma único y delicioso. Me hundo en deberes que cumplir cuando la puerta se abre de golpe y mi padre entra con mi papá. Ambos furiosos pues sus aromas son ácidos.

-QUE DIABLOS ES ESTO MAX?- Me arrojan una hoja y la tomo, pero me da odio que por sus estúpidas feromonas el olor a chocolate de ese omega ya no este.

Leo la hoja y que mierda!?

-Yo no se, que es esto? Quien te lo dio?- Mi padre aprieta los puños y libera su aroma a cedro. Por instinto libero mi aroma a menta, este es mi territorio.