One Shoots Chestappen.

Angel Caido

Sergio

-Este es tu nuevo niño- Oscar me tiende el pergamino donde vienen los datos de la nueva vida que tengo que guiar y cuidar. Me sonríe y lo veo caminar con prisa, varios pequeños están naciendo hoy 30 de  Septiembre.

Abro el pergamino y veo lo que han escrito sobre mi pequeño. 

Max Emilian Verstappen
30 de Septiembre
Hasselt,Belgica
Peso 4.5Kg
Estatura 54cm

Auch, es todo lo que pienso eso debió doler. Es un bebe grande, cierro mis ojos para intentar buscarlo, como Ángeles guardianes, todos tenemos diferentes poderes. Yo soy un sanador. 

Y allí estas pequeño, su madre lo sostiene en sus brazos, mientras le tararea una leve canción, desplego mis alas y bajo al la tierra de los humanos. Llego hasta el hospital y entro para poder conocer a Maxie. 

El ya esta en su cunero, así que me acerco para poder cargarlo y que el me conozca, puedo reconocer si el bebe tendra una vida feliz y plena con solo tocarlo, pero Max es diferente, no puedo sentirlo, pero veo el amor en los ojos de su madre y me doy por bien servido con eso. 

Lo cargo en mi brazos y mi Maxie sonrie para mi, sus ojos se abren y puedo ver el océano en ellos, son hermosos, mi niño es lo mas bello que mis ojos han visto a través de siglos.

Lo deposito con delicadeza sobre su cuna y su pequeña mano se aferra a mi dedo. 

-Maxie juro cuidarte cada día de tu vida, eres un bebe hecho para ser grande y exitoso. Salgo de allí para volver a mi hogar. Sobre vuelo el hospital verificando que el muro de protección este fuerte.

Llego hasta mi nido y me dejo caer en un sueño hermoso. Los tiempos para nosotros son diferente al de los humanos. Lo que para nosotros es un dia para ellos es un año. 

Puedo ver a mi pequeño Max crecer y reír, hay un vinculo especial con el, y por eso el gran Padre esta molesto, tenemos prohibido vincularnos a los humanos. Por eso mismo estoy siendo reprimido, me han enviado a cuidar de unos pequeños niños en México, niños que han sufrido tanto que temo que sus alma ya estén corrompidas. 

El mundo es un lugar cruel, pero se que Max esta en buenas manos, por eso es que desisto en volver a casa y me quedo por muchos días a lado de estos pequeños, mi deber es cuidarlos, salvarlos. 

7 días, es todo lo que el gran padre me dio, a enviado a sus dos guardianes por mi, estos pequeños ya han sido condenados por el gran Padre, no hay nada que hacer por estas almas que no fueron mas que victimas del Luzbel. 

Llego hasta el cielo y veo un caos, angeles corriendo de aqui para alla. Veo a Oscar llorando, y me acerco rápidamente pues el era el encargado de Max en mi ausencia. 

-Checo, Checo, por fin vuelves, Checo no puedo hacer que se calme.- Oscar me transporta hasta una pequeña y fría habitación, al fondo en un rincón esta mi Maxie, un niño de 8 años que no debería estar sintiendo esta clase de dolor. 

-Lo he intentando todo, pero no me deja acercarme- Toco la aureola de Oscar y lo envió de vuelta a casa. 

Me acerco hasta mi niño quien tiene su carita enterrada en sus rodillas, aprieta sus piernas tan fuerte que temo que se lastime. 

-Ya estoy aqui Maxie- El levanta su carita y me mira, se arroja a mis brazos y su llanto se vuelve mas intenso.

-Porque me dejaste? Prometiste cuidarme- Sus palabras rompen mi corazón. 

Abrazo al pequeño entre mis brazos y lo arrullo mientras tarareo una canción, Max poco a poco se calma y puedo sentir sus manitos aferrándose con fuerza a mi túnica.