Todos sabemos que Ranma tiene fobia a los gatos por culpa de su padre. Un día cualquiera Ranma escapa de una turba de gatos despavorido y entra en un profundo modo neko-ken que ni Akane puede calmarlo pues no deja que se le acerque.¿Quién podrá calm...
Mientras Ryoga iba caminando detrás de la pelirroja, ella caminaba lo más rápido que podía, para perderlo de vista. Ryoga no le quitaba los ojos de encima, no quería perderse por nada del mundo. Ranma se metía por todos lados (tipo pacman), pero Ryoga siempre aparecía atrás de ella, generandole malestar.
-¡oye cerdo desorientado, ya deja de seguirme por todas partes! -grito furiosa.
-ya se que no quieres que te siga, y que me odias, con justa razón, pero yo debo cuidar de ti y el del bebé -dijo decidido.
-el bebé es solo mio, no es nada tuyo -dijo golpeando su pecho, con su dedo.
-se que me quieres lejos de ti, pero no puedo permitir que cargues tu sola con toda la responsabilidad, permíteme cuidar de ti -dijo en tono serio.
Ella lo fulminaba con la mirada, Ryoga sabía que Ranma era muy terca, pero tenía que insistir, hasta que aceptará su ayuda.
-¡Ryoga Hibiki te odio con toda mi alma y mi ser!, pero tienes razón, tu también debes sufrir y cargar con todo esto -dijo golpeandolo y planeando hacer qué se perdiera.
-gracias Ranma -dijo sonriendo por dentro.
Le dio su mochila para que él la cargará, pensaba tenerlo como burro de carga, por mientras. Después vería como se escabullia de él, sin dejar rastro alguno. Pero antes sacaría algún provecho de su ayuda.
-rayos me muero de hambre -dijo agarrándose la barriga.
-vamos a comer, yo te invito -ofreció de buena gana.
-ok cerdo, solo lo acepto porque tengo hambre -dijo buscando un restaurante.
Los comensales veían como una chica pelirroja, comía grandes proporciones de comida, como si fuera un robusto joven. Mientras Ryoga sentía vergüenza ajena, comiendo con la cabeza agachada.
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-oye Ranma toda la gente te esta mirando -comentó en voz baja.
-que me importa, yo voy a comer todo lo que yo quiera -respondió restándole importancia.
Ryoga suspiro derrotado en cuestiones de comida, Ranma nunca daría su brazo a torcer. Encima pidió más comida para llevar, ya que la comida estaba deliciosa.
-todo estuvo delicioso -dijo palmeando su estómago.
-casi tan rico como la comida de Kasumi -comentó Ryoga.
Al escuchar el nombre de esa amable chica, su ánimo decayó. Dio la vuelta, para que no la viera llorar, las emociones la embargaban. De pronto el cielo empezó a llorar, cayendo gotas de lluvia por todos lados.
-oh rayos -dijo Ryoga sacando su paraguas a tiempo.
Ambos se resguardaron de la lluvia debajo de un puente, ella no quería pescar un resfriado, por su estado.
