El amo y la mascota

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El Sol ha salido, un nuevo día empieza y Ushka abre nuevamente los ojos, ella estiró su cuerpo y se levantó de la cama, casi siempre estaba callada y solo estaba alerta ante algún pedido de su amo, el Dr. Masacrik.

Ushka caminó lenta y cuidadosamente a la cocina para comer algo, después de todo no podía caminar tan bien que digamos pero eso podría ser algo a propósito que hizo el Dr. Masacrik para que ella no pudiera escapar.

El Dr. Masacrik, el hombre por el cual ella le obedecía ciegamente, Ushka cree que, tal vez de esa forma él algún día la amaría. Quien sabe.

Inserta en sus pensamientos, Ushka tomó algo ligero de digerir del refrigerador y se sentó en la mesa, la casa era tan silenciosa en la ausencia de Masacrik, al menos cuando él se encuentra, podían escucharse los ruidos de sus herramientas metalúrgicas de trabajo o hasta a veces, el grito ahogado de sus "pacientes".

---Ushka...

La pequeña chica gato se sobresaltó ante el susurro, el Dr. Masacrik había vuelto a casa y como de costumbre, le gustaba sorprenderla y asustarla de vez en cuando y con eso me refiero a todo el tiempo.

---¿¡Umh!?

---Oh, no me mires así, deja eso y ven a ayudarme ---De repente, su voz se tornó un tanto oscura y escalofriante---. Hoy tenemos nuevos pacientes...

Ushka tragó saliva y asintió con la cabeza, dejó lo poco que había comido y siguió a Masacrik por las escaleras hasta bajar al sótano, donde se dedicaba a experimentar y "sanar" a sus pacientes.

---Espera aquí en la puerta y no entres hasta recibir mis órdenes, ¿De acuerdo?

Le dijo a ella en un tono amable y casi cariñoso. Ella asintió nuevamente.

Pasaron unos minutos, Ushka estaba sentada en el suelo, apoyando su cuerpo en las puertas, había pasado un largo tiempo que el sueño y la fatiga se hacían presentes.

Pero no logró permitirse dormir cuando las puertas se abieron, el Dr. Masacrik salió y le entregó una pequeña conservadora.

---Lleva esto al congelador y no te atrevas a abrirlo, ¿De acuerdo?

Su mirada fue un tanto penetrante, Ushka asintió y él nuevamente cerró las puertas.

---Me pregunto qué contendrá...

Pensó, pero ignoró sus propios pensamientos para no decepcionar a su creador.

Cuando llegó al congelador, metió la conservadora y la cerró bien. Se sentó otra vez en el suelo y trató de evitar pensar en lo que hay dentro de la conservadora, así que simplemente se levantó y buscó algo que hacer.

Caminó por las habitaciones, tambaleándose un poco hasta llegar a la habitación de Masacrik, casi nunca entraba pero ya que estaba aburrida decidió hacerlo.

Cuando abrió la puerta, vio que algunas cosas estaban esparcidas por el suelo, guantes de látex, una de sus batas blancas arrugada sobre la cama y un par de jeringas tiradas en el bote de basura, al parecer ya usadas.

Ushka se acercó a su bata, su naturaleza de ayudar salió a la luz, le sacudió el polvo y la dobló. Otra vez sintió aquella sensación de fatiga y se arrastró hasta la cama de Masacrik, sus ojos empezaron a cerrarse cuando escuchó esa voz, esa inquietante voz.

---¿Qué creés que haces?

Ushka abrió los ojos en cuestión de microsegundos y se dio la vuelta, no tenía excusas para esto.

---Lo...lo siento, no debí entrar, no...no fue mi intención...

Masacrik agarró su collar y empezó a levantarla de la cama.

Ushka solo sintió un gran terror.

---Ushka...

Ella cerró los ojos de inmediato.

Pero algo inesperado sucedió, él la sujetó con fuerza en sus brazos y la depositó en la cama, es más, se acostó detrás de ella, su agarre era tan que no había forma de que Ushka pudiera liberarse.

---¿No puedes existir sin mí, no? Pero que adorable...

Sí, Masacrik era alguien bastante arrogante y si tenía la oportunidad, por más mínima, la iba a usar.

Uhska se quedó callada, no sabía qué decir y mucho menos cómo actuar, así que volteó a ver su rostro, los ojos de Masacrik estaban fijos en los de ella, pero algo había en su mirada que le provocaba una creciente sensación de miedo.

---Debería ir a...a mi habitación...

Sus ojos se llenaron de lágrimas, era habitual que eso pasara.

---Aún no.

En ese preciso instante. Masacrik tomó la mandíbula de Ushka con una de sus manos y levantó ligeramente su cabeza para poder inclinarse y deslizar su lengua por la mejilla donde había caído una de sus lágrimas.

Ushka se quedó paralizada, un escalofrío recorrió su cuerpo como si fuera algo electrizante. Pero no dijo nada.

---Ve a descansar un poco, ¿Estabas muy cansada en la mañana, no?

Esas palabras fueron más tranquilizadoras que de costumbre pero para Ushka hace apenas unos segundos casi se le bajaba la presión, ella escuchó y sin decir nada bajó de la cama y se dirigió a su propia habitación.

Por otro lado, Masacrik se puso cómodo en su cama y colocó sus brazos detrás de su cabeza, mirando al techo.

---Hmm...descansa ahora Ushka, mi querida mascota.

Una sonrisa retorcida se formó en su rostro, qué tipo de pensamientos recorrerán por esa perversa mente...

Hard LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora