Regalo de cumpleaños

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El tiempo puede pasar tan rápido que no nos damos cuenta, a veces es tan rápido como algo que parece tan lejano pueda terminar en un parpadeo.

Hoy es una fecha bastante especial, al menos para Ushka, quien se encontraba en su habitación envolviendo un pequeño regalo ideado para Masacrik. Después de todo, se trataba del cumpleaños de Masacrik aunque este se encontraba muy ocupado y al parecer él mismo había ignorado dicha tradición de festejarlo.

A pesar de todo, Ushka terminó de hacer su regalo y lo buscó por toda la casa, hasta que notó su silueta en el laboratorio, no obstante, se detuvo en la puerta, viendo como este se mostraba más molesto que de costumbre mientras perforaba un cuerpo ya inerte.

Ushka tragó saliva y respiró hondo antes de entrar.

---Umh...lamento interrumpir, yo...yo...quería darte algo especial...

Lo dijo, logró decir toda una oración sin tener que atascarse varias veces en el proceso.

Fue un error haber entrado desde un principio.

Masacrik se dio la vuelta y la vio con tal amargura que dio un paso adelante mientras Ushka retrocedía sintiendo una gran punzada de miedo y pánico.

---¿Qué diablos quieres? ¿Acaso no ves que estoy ocupado?

Ushka se sintió tan inferior, minúscula como una cucaracha que Masacrik podía aplastar sin problema alguno.

---Yo...t-te traje tu...tu regalo, lo siento...por favor, n-no quise entrar sin...

Antes de que pudiera terminar de hablar, Masacrik agarró su regalo y lo estrelló contra el suelo.

---¡Lárgate!

Ushka no lo dudó dos veces y salió corriendo del laboratorio, tropezó varias veces en las escaleras, golpeándose parte de las piernas pero se apresuró para llegar y encerrarse en su habitación.

Después de 2 horas aproximadamente, Masacrik logró calmar su mal humor y estaba a punto de salir de aquel hostil y crudo ambiente cuando vio el regalo tirado, de mala gana lo tomó, quitó el envoltorio y sus ojos se abrieron ligeramente al ver su contenido, se trataba de un pequeño peluche de trapo en forma de gatito con una nota donde Ushka expresaba sus sentimientos al diseñar dicho objeto y que tal vez, sintió la misma alegría que Masacrik había experimentado cuando la creó a ella.

Le recordó al gato que tenía cuando era un niño.

Conmovido por su regalo pero sin demostrarlo, fue hasta su cuarto y golpeó la puerta, al no ver respuesta, la abrió con una llave de respuesto.

Sí, Masacrik tiene una llave de reemplazo para cualquiera de las habitaciones donde Ushka podría estar.

---¿Ushka?

Ella estaba dormida, él se acercó y vio que sus ojos estaban un poco hinchados, había llorado y se quedó dormida del cansancio, claro está.

Él le dio unas palmaditas a sus mejillas para que pudiera despertar, y como Ushka no tenía el sueño pesado, abrió los ojos, entre el segundo que pasó para enfocar el rostro de Masacrik y su característico miedo al tenerlo cerca no fue mucho.

Ella se apartó y fue a la esquina de la cama, aún aturdida pero manteniendo esa sensación de haber arruinado todo y ser reprendida por sus actos.

---Ushka, ¿Qué pasa? Por favor, no te haré daño ---suavizó su voz para tranquilizarla---. Quiero disculparme, ven aquí.

Ushka obedeció y se acercó lentamente, él extendió su mano y acarició su cabeza y debajo de su barbilla como si se tratara de un gato. Ella por supuesto que amo esto, y solo cerró los ojos, disfrutando el inesperado afecto.

---Tu regalo fue maravilloso, eres igual a mí, también haces arte...

Las mejillas de Ushka se tornaron de un ligero color carmesí y apartó la mirada, confundida y tratando de no malinterpretar sus palabras.

---¿Yo soy arte?

Preguntó en voz baja.

---Eres mi mayor creación, lo mejor que he hecho hasta ahora.

---Lo mejor...

Pensó ella, aferrándose a esas simples palabras, queriendo que fueran reales y no un mísero engaño para cayera de nuevo.

---¿Qué pasa? ¿No estás feliz? Te he dicho algo bonito.

---Yo...ugh, me alegra sí....

---No puedes engañarme Ushka...

El notó su falta de confianza y sin dar alguna explicación, se coló en la cama de Ushka y la acorraló debajo de su peso, manteniendo cierta fuerza mientras sus manos agarran firmemente las muñecas de la chica.

---¿¡Umh!? ¿Qué estás...?

El acortó la distancia entre sus rostros, mirándola tan de cerca que podía sentir su aliento. Esto solo aumentó más la confusión de Ushka, quien no se sentía precisamente cómoda.

Quizás lo peor de todo eso fue que las reacciones tímidas y negativas de Ushka sacaron a relucir lo peor de sus tendencias burlonas, ya que no podía dejar de jugar con ella, para él, era adorable verla tratando de huir, incluso estando así de cerca, todavía disfrutaba se jugar con ella.

---No puedes mentirme, Ushka, ni tampoco desobedecer mis ordenes, y como hoy te has portado bien y me diste un excelente regalo, quiero hacer algo lindo por ti.

Y fue cuando Ushka entendió a qué se refería, en ese momento, las manos del Dr. Masacrik se deslizaron por las mejillas de Ushka hasta que se inclinó lo suficiente para poder sentir sus labios, la cabeza de Ushka daba vueltas, la combinación de su suave pero impaciente toque, el sabor de su saliva y esa necesidad inquebrantable que corría por sus venas, la dejaron sin aliento. Ella se sintió deseada, por primera vez...amada.

Él la mantuvo cerca, sus dedos ahora se enredaban en su cabello mientras seguía besandola, Masacrik nunca se había visto tan entusiasmado con algo, pero ahora, el simple hecho de tomar los labios de Ushka hace que una ola de adrenalidad y pensamientos enfermizos crucen en su mente, la línea era tan delgada que la mínima acción podía hacer que se corte.

Por otro lado, el corazón de Ushka late salvajemente en su pecho y su respiración se queda atrapada en su garganta, era extraño, fue algo que nunca había experimentado antes y por alguna razón, su vista empezó a nublarse hasta que finalmente Masacrik rompe el beso y vuelve a la realidad.

---Ya es hora que vuelvas a dormir, te necesito con energía para mañana.

No le dio tiempo a responder, se levantó de la cama, sacudió su bata y salió de la habitación en silencio.

En consecuencia a esto, Ushka se quedó en su cama, mirando algún punto en el techo, entrando en un largo trance del que no iba a salir por varias horas...

Hard LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora