Poco a poco... -The Umbrella Academy

Algo raro

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-Sabrina, ¡ya levantate! - Gritó Merry desde afuera de mi cuarto -tienes que desayunar, son las 10 de la mañana, sé que es sábado pero no puedes dormir todo el día- dijo empezando a entrar.

Pero yo tengo ganas de dormir todo el bendito día, me duele mi cabeza y mi cuerpo, ayer estuve todo el bendito día intentando tener un avance con mis poderes y no me salió ni un maldito portal. ¿Que tan mala tienes que ser como para no poder controlar la fase principal de tus poderes?

- ya voy -dije tapando mi cara con las sabanas de la cama para que no me llegue la luz a mi cara debido a que Merry abrió las cortinas para que me despierte.

Ella solo dió una pequeña risa y empezó a bajar las escaleras supongo que rumbo a la cocina o al comedor, después de unos minutos decidí pararme e ir a ayudar con la cafetería, ahí fue donde me encontré con José:

- Al parecer a la bella durmiente le interrumpieron el sueño - solo río, viendo como estaba bostezando - ¿a qué se debe tu presencia en el café tan temprano un sábado por la mañana? - preguntó mientras atendía a un cliente un tanto extraño, era un mono, un mono con un tamaño anormalmente grande, el cual pidió una cantidad exagerada a mi parecer, yo vi la boleta y estaba llevando siete cafés junto con siete postres totalmente iguales, yo también amo la los cafés de este lugar al igual que los postres, hay veces en las que llego a comerme 2 o 3 al día, pero ¿siete? ¿Y todos iguales? Ni siquiera había manera de excusarlo tratando de decir que quería probar nuevas opciones de comida, simplemente tome la boleta un momento para comprobar su pedido, eran exactamente iguales a excepción de un café que era demasiado cargado, ¿no quiere dormir en días o que? Yo solo lo miré frunciendo el ceño viendo rara la situación.

José al ver como miraba al mono simplemente se río y me dijo - tranquila Sabrina es un cliente regular y lleva esa cantidad para los jóvenes de la Academia Umbrella -

Me moví un poco, viendo como juzgué mal al mono, -perdone mucho mi reacción, solo se me hizo un tanto extraño - dije mostrando un poco de vergüenza para que se lo crea.

No sabía mucho de esa tal Academia, solo unas cosas, como que son 6 niños de mi edad que son obligados a jugar a los Super héroes por su padre, Reginal Hargrevees, un excéntrico millonario que los adoptó cuando eran solo unos bebés para que cuando crecieran ellos se encargaran de luchar contra el crimen en la ciudad, o bueno en mi opinión hacer el trabajo de los policías, Merry y José hace años habían organizado una reunión con el señor Reginal para poder meterme en esa Academia,necesitaban mi presencia para poder quedarme, pero nunca llegué, yo sabía que los niños eran un tanto peculiares al igual que yo, hay muchas razones por las que no entraría nunca a esa Academia, ¿a quién le gustaría ser un perro que sea suelto solo para salir a luchar contra lobos? A mí no, claramente, decidí quedarme en casa y Merry y José hablaron con el Señor y le entregaron mi libro, un libro que contenía muchas cosas acerca de mis poderes y lo que podía hacer con ellos, mis verdaderos padres me lo lanzaron antes de que se quemaran en el fuego que inundó nuestra casa el día de mi reunión de cumpleaños, en ese libro había todo tipo de información que había sobre mis poderes escritos a mano con la letra de mi madre, era lo único que tenía de ella pero José lo había tomado sin mi consentimiento y se lo había entregado al viejo de esa Academia, entregando con el mis maneras de conseguir información que podría ayudarme actualmente a controlar del todo mis poderes, no digo que yo no hice nada malo, claro que lo hice, debí haberme presentado ese día, pero no pensaba ser un experimento más para ese viejo, asi que no pude hacer nada, solían salirme portales de diferentes tamaños, habían veces en las que lo lograba y habían veces en las que ni un hueco para una aceituna lograba hacer y eso me estresaba.