Atada a la tristeza.

·Miedo·

Tengo miedo y es real.
Tengo miedo a morir.

Después de tantos años en infiernos desmedidos, tengo miedo a morir.

Antes creía que todo era malo, caótico, lleno de malos amores, malas amistades, malas rachas y malas personas. Hoy tengo la certeza de decir que nada era como en ese entonces.
No eran normales los golpes, la ideación suicida constante, la desilución y las malas compañías. Estaba rodeado de ellas pero no eran normales sino algo común.
Tomé fuerza para cambiar de compañía, de supuestos amores, de vida.

Ahora que todo ha cambiado, que tengo una familia, que estoy rodeado de verdadero amor, tengo miedo.

Miedo a soltar mis metas, de soltar mis sueños, de abandonar lo que tanto me ha costado construir. ¡Tengo miedo a dejar este mundo!

Quiero verme rodeado de mi familia, tener una casa que sea mi lugar seguro, estar rodeado de compañías que me escuchan con tanta ilusión y atención, quiero verme envejeciendo suavemente mientras tomo un café asombrado por la puesta de sol que, si bien, ya he visto millones de ellas, siempre es una nueva puesta de sol así como otro nuevo día, otras nubes asomándose entre los cerros, otra luna que admirar, otro cielo que adorar.

Quiero verme sonriendo junto a mi amor verdadero, envejeciendo, cantando, bailando, disfrutando de nosotros y de los nuestros.

Si antes tenía en mente que quería que todo terminara por el exhaustivo andar de mis pasos, porque todo en la vida me pesaba e, incluso, salir de la cama era un tormento.. ¡Hoy no es así!

Tengo miedo, terror, angustia.. por dejar de vivir esta vida que, hoy en día, me sonríe.
Siempre me decía a mí mismo que, los infiernos que pasé, jamás debí vivirlos. No debieron suceder. Que algún día y, con la esperanza en las manos, todo cambiaría y.. ¡Así fue!
Puse todo mi esfuerzo en cambiar mi vida y ¡lo logré!

No quiero darme por vencido, ya he llegado muy lejos. Ahora, aquí, sonriendo, sintiendo armonía en mis pasos, sintiendo la paz en mi pecho, no me quiero rendir.

Tengo miedo y es real.
Cuando sientes un existir tan pacífico, tan lleno de alegría y amor, quisieras que el tiempo se detuviera. Que las manecillas del reloj ya no avanzaran, que tu cuerpo no envejezca y que todo dure una eternidad.

Tengo miedo a morir y es real..
Vivir cada día como si fuera el último, es mi única opción y la acepto con entusiasmo porque, lo que antes dolía, no volverá a doler.
No me rindo y nunca he de rendirme porque mi corazón anhela saber cuál será la sorpresa del mañana.

Tengo miedo pero vale la pena vivir.