Chapter 7

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Jimin estaba sentado en un escritorio, a poca distancia de la chimenea

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Jimin estaba sentado en un escritorio, a poca distancia de la chimenea. Estaba concentrado en la pantalla del ordenador y ocasionalmente tecleaba algo. ¿Tenían aquí acceso a internet, en medio de la nada?

Buscó a los otros, pero la casa estaba silenciosa. Respiró hondo y cruzó la sala, hasta llegar tras Jimin.

- ¿Jimin? -le llamó, exasperada inseguridad de su voz.

Él giró la silla y la miró inquisitivamente.

- ¿Puedo hacerte algunas preguntas?

-Desde luego.

Se levantó, la agarró por la mano y la hizo sentarse en el sofá.

-Vamos a ponernos cómodos.

Ella se sentó a su lado, cuidando de mantener una distancia segura. Un toque y probablemente se echaría en sus brazos e implorara que le hiciera el amor.

Lo miró fijamente por un largo momento, después reunió el coraje y preguntó:

- ¿Eso va en serio?

Mirándola suavemente, él se echó hacia atrás, como si supiera que necesitaba espacio.

-Debe ser difícil para ti.

Movió la cabeza. Se tragó lo que iba a decir, y dudó. Contener sus emociones no era natural para ella, aunque fuera un problema. Algo le decía que podía ser sincera con Jimin.

-Es difícil, pero no del modo en que crees. -Se enrojeció y desvió la mirada.

Él no la forzó a hablar más, solo esperó.

-No lo entiendo -comenzó de nuevo, intentado exhibir sus pensamientos-. ¿Cómo me pueden querer todos? Quiero decir, puedo entender que me deseen, que quieran tener sexo, pero Jungkook dijo... Lo hizo sonar como si quisieran que me quedara.

Jimin asintió.

- ¿Pero cómo? No me conocen. ¿Cómo puede ser eso algo más qué lujuria?

Sonrió y alcanzó su mano, entrelazando los dedos. Levantando la mano, giró su palma hacia arriba, bajó la cabeza y depositó un beso en la piel.

Ella se estremeció, y sintió el beso como si un rayo atravesara su brazo.

- ¿Lujuria? Oh, sí -dijo, bajando la mano-. Pero es mucho más que eso.

Su mano cayó en el sofá, y ella quiso llevarla de nuevo contra su boca. La urgencia entre sus muslos la hacía moverse, para aliviar la inquietud.

-Si me estás preguntando si estamos enamorados de ti -continuó- bien, no puedo hablar por mis hermanos, pero no creo que sea tan simple. Como bien dijiste, realmente no te conocemos. Pero te reconocemos. ¿Tiene algún sentido para ti?

Ella lo negó.

-Ponlo de este modo. Te reconozco como la mujer de la que voy a enamorarme. Quizá ya esté medio enamorado. No lo sabré hasta que tengamos más tiempo para explorarnos uno al otro -destelló en una sonrisa torcida-. Y explorar, es lo que planeo hacer.

One for the three | vminkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora