3. El baile

154 6 0
                                        


Alba estaba embutida entre Natalia y Damion en los asientos delanteros de la furgoneta de este último de camino al baile. Natalia sostenía en sus manos el pastel que Alba había hecho para la mesa de comida que habría dentro del baile para todo aquel que quisiese comer algo. Cuando Damion pilló una curva hacia la izquierda con la furgoneta, Alba se deslizó hacia el lado contrario debido a la fuerza del giro, consiguiendo así rozar su muslo con el de Natalia y poner todo su vello de punta.

A Natalia no le parecía importar el roce de sus muslos e incluso parecía anhelarlo tanto o más que Alba.

Cuando llegaron al baile, estaba lleno de jóvenes del pueblo y todos parecieron alegrarse de volver a ver a Damion después de tanto tiempo. Enseguida le dieron la bienvenida y se interesaron por cómo le había ido estos 2 años estudiando fuera.

Un rato después, una canción lenta empezó a sonar y Natalia se excusó con los amigos de Damion para acercarse a Alba, la cual estaba sentada en una mesa hablando tranquilamente con sus amigas. Una vez llegó a la mesa, le preguntó a Alba si bailaría con ella y esta aceptó rápidamente sin ningún atisbo de duda.

Natalia bailaba excepcionalmente bien y guiaba a Alba con la mano que tenía situada en la baja espalda de esta. Se movían por la pista de baile como si hubiesen bailado juntas toda la vida y estuviesen hechas la una para la otra.

- Damion me ha dicho que te gradúas de bachillerato el curso que viene. ¿Ya sabes lo que vas a hacer después? - preguntó Natalia.

- Quiero ir a la universidad a estudiar Historia del Arte o Bellas Artes. Me encantaría conseguir exponer mis obras artísticas o dar clases sobre arte.

- ¿Historia del Arte? - dijo Natalia con un quejido – Siempre he odiado las clases de Historia del Arte...

- Eso sería seguramente porque no tenías a la profesora indicada...

- Si mi profesora se hubiese parecido a ti, estoy segura de que habría prestado muchísima más atención en sus clases – Natalia sonrió pícaramente mientras hablaba.

- ¿Habrías prestado más atención a las clases o a la profesora? - preguntó Alba con las cejas levantadas y una sonrisa.

- Me has pillado – dijo Natalia con una sonrisa tan grande que le hizo arrugar hasta la nariz.

Alba, ante las palabras de Natalia, empezó a sonrojarse muy notablemente e intentó esconder su cara para que la morena no se diese cuenta.

- Nunca me ha gustado el tener que memorizar fechas o nombres de cosas que nunca me han llamado la atención. Mucho trabajo aburrido detrás de una obra de arte. ¿Por qué debería gustarme algo tan aburrido?

- La Historia del Arte no es aburrida para nada - dijo Alba mientras se le iluminaban los ojos – Es mucho más que la simple memorización de fechas o nombres. Para mí, es muy importante conocer lo que hay detrás de una obra para intentar comprender al máximo lo que el artista quiere expresar con ella. Me parece increíble ver la evolución que ha tenido el arte a lo largo de los años y lo que te puede llegar a hacer sentir cualquier obra de arte... El arte puede llegar a tener un poder increíble en nuestras vidas y es una de las grandes formas de expresión con la que contamos.

Natalia sonrió en grande ante la verborrea de Alba.

- ¿Te parece gracioso? - preguntó Alba.

- No es gracioso, me parece absolutamente increíble. Todos estos años pensando que no te interesaba nada más allá de la granja y los animales y aquí estás demostrando que eres una apasionada del arte filosófica.

SOY YO - albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora