4. Visita indeseada

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Desde entonces, Natalia y Alba empezaron una bonita relación y aprovecharon los pocos momentos que podían pasar juntas, ya que Natalia siempre estaba lejos al estudiar en la academia militar en otra ciudad o cuando se graduó y la destinaban a otro país de servicio militar.

La rubia tenía el cuerpo engarrotado de haber estado sentada tanto rato en el banco del porche, recordando los momentos vividos con Natalia. Nunca podría olvidar esos primeros momentos junto a su ex prometida antes de que se fuese a estudiar fuera en la academia militar, sobre todo la primera vez que hicieron el amor.

Unas ruedas chirriando cerca sacaron a Alba de sus pensamientos. Por la carretera de entrada de la granja se acercaba una vieja camioneta, la cual no reconoció hasta que se paró muy cerca del porche. Un escalofrío la inundó al ver quién se acercaba, un asqueroso hombre que podría reconocer incluso en la oscuridad de la noche.

- Hola, Isaac - dijo la rubia mientras él se acercaba - ¿Qué haces de vuelta en Elche? Pensaba que estarías trabajando lejos del pueblo durante unos años.

- Ya he acabado el trabajo. Estoy de vuelta para trabajar un poco en las granjas durante el verano - dijo con un intento de sonrisa provocadora.

Isaac parecía sobrio, pero con él era muy difícil saberlo a ciencia cierta, ya que podía aguantar bastante el alcohol. Igualmente, su comportamiento solía ser bastante hostil tanto si estaba borracho como si no.

- Un placer verte de nuevo Alba.

- Si has venido a ver a mi padre, voy a buscarlo - dijo mientras se dirigía dentro de la casa, pero la respuesta de Isaac la detuvo en su camino.

- No te molestes, te estaba buscando a ti.

- ¿Por qué? - preguntó Alba mientras notaba como otro escalofrío le recorría todo el cuerpo.

- Hace ya unos cuantos años desde que tu prometida falleció e imaginé que estarías deseando salir con un verdadero hombre como yo - dijo sacando pecho.

Alba detuvo como pudo la arcada que le provocaron sus palabras - No va a ser posible.

- Podemos acercarnos al centro del pueblo en coche y cenar un buen trozo de carne acompañado con unas cervezas. Incluso podríamos salir a bailar un poco. Seguro que ya estás más que preparada para salir con un hombre de verdad y no con una mujer que finge ser uno. Tu padre podría encargarse de tu hija por esta noche.

Isaac continuaba siendo el mismo ser arrogante de siempre y a Alba le costaba cada vez más controlar su temperamento. Forzó una sonrisa y entonces le contestó - Creo que has malgastado gasolina viniendo hasta aquí porque ya he cenado y tengo que trabajar mañana por la mañana bien temprano.

- Entonces los rumores eran ciertos... - dijo Isaac con el ceño fruncido.

- ¿Qué rumores? - preguntó Alba confusa.

- Que estás saliendo con Julia, la directora del instituto.

- No deberías creer todo lo que escuchas... - dijo rodando los ojos.

Isaac se acercó amenazadoramente a Alba, haciendo que esta fuese retrocediendo sus pasos hasta chocar con la pared de la fachada de la casa. Él acercó su cara a la de la rubia y esta pudo oler perfectamente el olor a alcohol de su aliento.

- ¿Te piensas que eres más lista que yo putita? Entonces tendré que enseñarte lo que hacen los hombres de verdad... - dijo mientras se quedaba como una piedra al escuchar como el padre de Alba cargaba su escopeta y lo apuntaba con ella.

- Hola, Isaac - dijo Miguel Ángel mientras Isaac se separaba cada vez más de su hija.

- Hola señor Reche, es un placer volverlo a ver.

- ¿Te puedo ayudar en algo? - preguntó el padre de Alba mientras se acercaba cada vez más a Isaac apuntándolo con la escopeta.

- Solo venía a invitar a su hija a salir un rato por ahí a cenar y bailar.

- Bueno, la he escuchado denegar tu oferta, así que, ¿qué haces todavía aquí?

- Nada, solo estaba yéndome.

- Perfecto.

- Te veo por ahí - dijo entre dientes Isaac a Alba.

- No lo creo - dijo la rubia mientras se acercaba al lado de su padre.

Isaac al escucharla intento acercarse a ella, pero Miguel Ángel lo paro al apoyar el cañón de la escopeta en su pecho.

- Es hora de que te vayas - dijo mientras apretaba con fuerza el cañón en el cuerpo de Isaac.

- Sí, señor - dijo Isaac mientras huía rápidamente y se iba a toda velocidad con su camioneta.

Alba se giró mirando a su padre y por primera vez se fijó en lo mucho que había envejecido con su largo pelo blanco y las arrugas de su cara. Estos tres últimos años habían sido muy duros para todos, pero sobre todo para su padre, ya que trabajar en la granja era muy duro para él con solo la ayuda de su madre y de ella. Siempre ha pensado que si no fuese por su madre y por ella, la pérdida de su hermano hubiese hecho que lo perdieran a él también.

No sabía que hubiese sido de ella y de su hija sin sus padres. Incluso con los peligros implícitos y lo impredecible del trabajo de Natalia, ellas siempre quisieron casarse y empezar una familia juntas lo antes posible. Antes de que Natalia se fuese para su última misión, fueron a la cínica de fertilidad a extraerle los óvulos a Natalia para poder implantar posteriormente los embriones a Alba. Unos días después de que Alba conociese la noticia de la muerte de Natalia, se enteró para su sorpresa que estaba embarazada. Fue una noticia agridulce al saber que tendría para siempre un pedacito de Natalia junto a ella, pero también un recuerdo de su pérdida. El embarazo fue bastante duro, pero sus padres la ayudaron y la apoyaron en todo momento.

Alba suspira mientras mira a su hija en los brazos de la Rafi. Lo que daría por volver a ver a Natalia tan solo una vez más...

SOY YO - albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora