9. Volver

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El corazón de Natalia comenzó a bombear con fuerza al escuchar a su amada llamarla por su nombre y de la emoción, estuvo a punto de llamarla hazi como tantas veces había hecho en el pasado.

No sabía cómo reaccionar y permaneció en silencio mientras veía como la esperanza abandonaba el rostro de Alba para transformarse en un gesto de decepción. Sintió un gran alivio al no ser reconocida, pero también sintió un intenso dolor en su corazón al saber que ni siquiera Alba podía reconocerla.

Luchaba con todas sus fuerzas por ocultar sus emociones y no reaccionar mostrando lo feliz que estaba por ver a Alba de nuevo. No podía correr y envolverla entre sus brazos mientras le decía cuanto la amaba ni decirle lo mucho que sentía la muerte de Damion y no haber podido hacer nada por evitarla.

Debía seguir siendo Eilan Bay a toda costa. Cualquier desliz podría ser fatal, ya no solo para ella, sino para Alba, y nunca permitiría poner su vida en peligro bajo ningún pretexto.

Haciendo uso de sus años de entrenamiento militar, se esforzó en enderezarse y reprimir sus emociones mientras entraba en la clase donde se encontraba Alba.

El rostro de Alba pasó de la confusión a la decepción absoluta al verla de más cerca. Natalia intentó disimular cualquier emoción, pero no pudo evitar notar como su corazón se aceleraba al ver a Alba mucho más hermosa de lo que la recordaba.

- ¿Señorita Reche? - preguntó Eilan.

Alba se sentó en su silla y juntó sus temblorosas manos encima de su regazo.

- Soy Alba Reche - dijo con voz temblorosa - Perdóname si estoy un poco conmocionada, pero te he confundido con otra persona - dijo mientras dejaba escapar una risa nerviosa.

- Perdona si te he asustado... - dijo Eilan - Me he encontrado con la directora en el pasillo y me ha dicho que esta era tu aula.

Alba inspiró profundamente mientras intentaba mantener sus emociones bajo control. Miró atentamente a la desconocida que se encontraba junto a ella con mucha curiosidad.

- Quién eres y por qué me estabas buscando? - preguntó con curiosidad.

Natalia reprimió una sonrisa al escucharla. Alba seguía siendo como la recordaba, siempre iba directa al grano para conseguir respuestas.

- Soy Eilan Bay. Acabo de volver a España después de una larga estancia en el Líbano.

La cara de Alba palideció de nuevo al escuchar de dónde venía.

- Era una muy buena amiga de la teniente Lacunza y del teniente Reche.

Alba frunció el ceño con desconfianza - No recuerdo a ninguno de los dos mencionar tu nombre.

- Y nunca me hubiesen mencionado. Era su compañera del ejército y trabajaba como guardaespaldas del presidente del Líbano. Los tres teníamos la misión secreta de proteger al presidente a toda costa y no podíamos comentarlo con nadie.

El rostro de Alba mostraba desconfianza y Natalia empezaba a inquietarse porque nunca había sabido mentir y menos a ella.

- Entiendo que no creas en las palabras de una desconocida - dijo Natalia mientras sacaba rápidamente una carta del bolsillo de su pantalón - Aquí tienes una carta del general Capdevila.

- ¿El general Capdevila? - preguntó con impaciencia mientras cogía la carta y la leía con rapidez - Parece ser que eres quien dices ser, Eilan Bay...

Natalia se estremeció al escuchar a Alba llamarla por otro nombre, pero disimuló como pudo - Llámame Eilan, por favor.

En ese mismo momento, Alba dirigió su mirada hacia la puerta donde se encontraba de nuevo la directora Julia.

SOY YO - albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora