5. Eilan

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Eilan despertó presa del pánico, notando como el sudor cubría todo su cuerpo. Siempre soñaba con lo mismo una y otra vez. Un sueño en el que perseguía algo o a alguien que le importaba mucho, pero antes de alcanzarlo, se despertaba con la sensación de tener que estar urgentemente en un sitio, pero sin tener ni idea de dónde era ese lugar o porque tenía esa sensación en absoluto.

Se giró en la cama dispuesta a dormirse otra vez, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño. El presidente se despertaría pronto y ella tenía que estar lista para acompañarlo como su cita a una reunión con los embajadores españoles. Eilan rio ante tal idea, ya que realmente era su guardaespaldas personal y lo había sido durante los últimos dos años, si no recordaba mal.

La memoria de Eilan estaba bastante borrosa y únicamente podía recordar con claridad los últimos tres años. El primero de sus recuerdos fue despertarse en un lugar totalmente oscuro, sin luces y escuchando fuertes ruidos a su alrededor. Al principio no sabía qué eran esos ruidos hasta que distinguió voces y sintió que alguien la estaba sujetando mientras le decía que se calmase. Ni si quisiera se dio cuenta de que luchaba por levantarse hasta ese momento. Justo cuando estaba empezando a relajarse, saltó del susto y empezó a entrar en pánico cuando sintió como alguien estaba toqueteando su cara mientras unas luces brillantes la cegaban, dejándola sin visión. Trató sin éxito de cubrirse la cara para proteger sus ojos de la intensa luz, pero eso solo sirvió para que otra luz todavía más intensa le apuntase directamente a la cara. Eilan emitió un gruñido y arrancó la linterna de la mano de la persona que toqueteaba su cara.

- Será mejor que me dejes de apuntar con la lucecita si no quieres tragártela - dijo entre dientes.

El hombre situado frente a ella la miró con confusión hasta que Eilan se dio cuenta de que había hablado en un idioma diferente al que había escuchado hablar a ellos. Intentó hacerse entender una y otra vez, pero el hombre siguió mirándola totalmente confundido. Finalmente, se detuvo y se concentró en lo que quería decir fluyendo de su boca las palabras en el idioma que hablaban ellos como si fuese su lengua nativa.

Ante tal sorpresa, se le cayó la linterna de las manos al hombre mientras daba rápidamente un paso hacia atrás para separarse de ella. Fue entonces cuando Eilan escuchó una risita al otro lado de la cama y giró la cabeza en aquella dirección, encontrándose con dos hombres corpulentos y un hombre bastante guapo situado en medio de estos, el cual la miraba con una gran sonrisa. El apuesto hombre se acercó a ella y se presentó a sí mismo y a los dos grandes chicos que lo acompañaban.

Él le dijo que era el presidente del Líbano y que su nombre era Farid Hakim. También le explicó que la indujeron en un coma para poder darle a su cuerpo tiempo para sanar.

- ¿Cuánto tiempo? - dijo ella con voz ronca.

- Algún tiempecito... - le contestó el presidente mientras ella lo miraba enfadada.

Él sonrió mientras le daba unas palmaditas en el brazo - Siempre tienes que saberlo todo... has estado en coma un poco más de tres meses - dijo mientras la miraba esperando sus preguntas.

Ella intentó pensar si algo de lo que estaba viendo le resultaba familiar, si podría recordar lo que había pasado o quien era ella, pero un dolor insoportable de cabeza la invadió al intentar recordar. Fue entonces cuando el médico se acercó a ella y le preguntó si recordaba cuál era su nombre.

Ella intentó recordar, pero otra vez sintió un dolor insoportable.

- No - dijo roncamente.

- ¿Sabes en qué año estamos? - preguntó el médico.

- No - dijo de nuevo muerta de dolor.

SOY YO - albaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora