El Heredero Del Lobo #1 (Namjin)

Capitulo 2

Seokjin no tenía idea de lo que iba a hacer, pero sabía que necesitaba hacerlo rápido.

Cualquier cosa en el infierno que le estaba pasando tenía algo que ver con Namjoon. Seokjin sabía eso hasta en los huesos. Namjoon era el responsable... y él bien podría ayudar a Seokjin a tratar con eso. Fuera lo que fuese.

Seokjin metió las manos en los bolsillos de su chaqueta con capucha cuando se bajó del autobús y comenzó a descender por la acera hacia su apartamento. Él tenía una muy mala sensación de que, el lugar al que Namjoon lo había arrastrado, había cambiado su vida para siempre. La realidad que él había conocido cuando se despertó esta mañana se había ido y él estaba cayendo de cabeza en "The Twilight Zone". Y lo que realmente le afectó fue que no veía ninguna manera de salir de esto. No era como si pudiera ir a dormir y despertar de repente sin saber lo que ya sabía, no es que él supiese exactamente algo. Su mente todavía estaba dando vueltas en la caótica pesadilla. Se sentía como si se estuviera ahogando, fuera de control, sin final a la vista. Él sabía lo que sentía, lo que vio en esa maldita pantalla. Él sabía que algo estaba vivo dentro de él.

Visiones de un alienígena saliendo de su pecho y matándolo, brevemente aparecieron en su mente. Eso parecía equivocado. Esta era todavía una posibilidad, pero se sentía mal. No sabía lo que estaba creciendo dentro de su cuerpo, pero no era un alien. Seokjin suspiró y apretó la mano contra su estómago. No podía sentir nada contra la tela de su chaqueta, pero todavía sentía movimiento en respuesta en el fondo de su abdomen. Alas de mariposa.

Esa era la única manera de describir la sensación. Se sentía como alas de mariposa acariciando sus entrañas. No dolía, pero aún era una extraña sensación, una sensación que hacía que el corazón de Seokjin latiera un poco más rápido.

Cada paso que daba parecía más pesado y más precario. No porque él estaba caminando a su destino, sino porque él no tenía ni idea de a dónde iba. El mundo que conocía había desaparecido y un nuevo mundo se abrió para él. Y no había ninguna guía de mierda. Seokjin apretó sus manos, deseando poder envolverlas alrededor de la garganta de Namjoon. No importa cómo de atractivo era el tipo o como hizo a Seokjin reír o sentirse amado y cuidado, incluso la forma en que Namjoon hizo que Seokjin se sintiera especial cuando se acurrucó en la cama hasta las primeras horas de la madrugada. Nada de eso importaba cuando el hombre le había obviamente hecho algo y luego se largó.

Seokjin iba a plantar su rodilla en las bolas de Namjoon a la primera oportunidad que tuviera y luego volvería a plantar su puño en la cara del tipo y exigir saber qué demonios estaba pasando, porque ciertamente esto no era normal. Seokjin estaba seguro de que normal, ya no formaba parte de su vocabulario. Extraño se había añadido, sin embargo. Extraño, raro, peculiar, inusual, jodidamente loco - estas eran las nuevas palabras que tenía para explicar su situación. Pero ellas eran las únicas.

Cuando Seokjin entró en su apartamento, corrió por las escaleras hasta el segundo piso y rápidamente caminó por el pasillo hasta su pequeño apartamento de un dormitorio. No era mucho, pero era suyo. Era su lugar para escapar del mundo cuando su día fue difícil. Hoy era un ejemplo brillante de un día difícil.

Él cerró la puerta detrás de él, una vez que llegó a su apartamento y entró, en seguida se acercó a la ventana. Le sorprendió que el tráfico continuase su camino y la gente caminase por las calles como si nada en el mundo hubiese cambiado y sin embargo lo hizo. Todo había cambiado.

Seokjin se dio cuenta de que no todo en el mundo era verdad y los aspectos más extraños de Hollywood podrían ser ciertos. Está bien, Seokjin no sabía exactamente cuáles eran esos aspectos, pero él sabía que estaban allí.

Seokjin se pasó la mano por el pelo. No sabía qué hacer. Él no sabía qué decir. Había conocido a Namjoon en un bar. Claro, él no tenía costumbre de llevar a casa a cualquiera, pero Namjoon le había llamado en un nivel más profundo, que había sido incapaz de ignorar. Por desgracia, su libido furioso le hizo olvidarse de todo, salvo de obtener información básica sobre el individuo - como su nombre. Por supuesto, hablaron de un montón de cosas diferentes ese fin de semana, pero nunca sobre casa o trabajo, o incluso números de teléfono.