Suspiros de un Ruiseñor Solitario

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En el bosque oscuro y taciturno,
un ruiseñor canta su lamento,
sus notas tristes, un eco nocturno,
un alma en pena buscando aliento.

En su pecho, un dolor callado,
suspiros que el viento susurra,
la soledad lo tiene abrumado,
su trino es llanto que desemboca.

Busca compañía en la neblina,
pero el silencio lo abraza en vano,
solo sus ecos son su vecina,
el frío acalla su dulce arcano.

Sus notas fluyen, tristes y plañideras,
como lágrimas que no se contienen,
el ruiseñor, con alas lastimeras,
entona un canto lleno de desdén.

El cielo estrellado le da cobijo,
mientras el ruiseñor entristecido,
con su canto, expresa su naufragio,
un corazón herido y adolorido.

A través del follaje y la penumbra,
sus lamentos vuelan en el viento,
su triste canción, como una tumba,
sepulta la esperanza y el aliento.

¿Qué pena oculta en su garganta,
qué desamor lo tiene enlutado?
En su melodía, se esconde el llanto,
del ruiseñor solitario y quebrantado.

Oh, ruiseñor de pena infinita,
tus suspiros parten el alma en dos,
canta tus penas, alma afligida,
quizás hallarás paz en tu adiós.

En el bosque oscuro y sombrío,
el ruiseñor sigue su triste canto,
suspiros de un dolor sin alivio,
un corazón partido en espanto.

Resonancias del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora