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Warning: secuestro pq ya se volvió loquito el pelirrojo, pero ahora sí denuncian (si es que Dazai sale con vida)

Por ahí si ven faltas de tildes o faltas de algunas letras es porque estoy en laptop y sigo sin acostumbrarme a escribir aquí.

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Dazai iba abriendo los ojos, lo que recordaba era que estaba con Sigma en el parque de atracciones y alguien le llegó por detrás con un paño oliente a cloroformo, ahora se encontraba en una habitación lúgubre y siniestra, si bien no tenía mucho de inusual, le generaba una incómodidad tremenda el estar solo, atado de pies a cabeza, sentado en silla en medio de una habitación oscura, le generaba escalofríos.

Trató de levantarse pero le era imposible si se encontraba atado. Lo único que podía hacer en ese momento era esperar y ser paciente, cosa que no se le daba muy bien, así que de desesperado comenzó a revolotear en la silla para poder zafarse del agarre que tenían sus ataduras. Aunque se detuvó al sentir como la presión de las ataduras se hacía más fuerte.

Un gruñido salió de sus labios pero se calló al oír como era que una puerta se abría, se quedó completamente en silencio para escuchar quien era y a donde se dirigía.

— Sí, parece que sigue inconsciente. — Se escuchó fuera de la habitación. — No se escucha nada. — Volvió a decir.

La voz, esa voz, era la voz de Chuuya, en ese momento lágrimas empezaron a caer de sus ojos mientras se mordía los labios para no soltar ningún ruido, el recuerdo de ese día seguía tan presente, tanto como si estuviera pasando ahí mismo.

— Espera, parece que ya despertó. — Escuchó decir el castaño, así que se quedó en completo silencio e inmovil.

Se escuchó una risa seguido de un "te llamo luego" para después de eso escuchar unos cuantos pasos y una puerta ser abierta, la luz alumbrando directamente a el.
Aunque no quisiera, la luz daba a entender que su cuerpo estaba despierto y activo.

— Ohh, buenas noches, lindura. — Escuchó la voz del pelirrojo venir desde arriba, adentrándose en el sótano para llegar hasta el castaño.

— No me llames así.. — Frunció el ceño el castaño, su mirada estaba clavada sobre el otro.

— ¿O que harás?, vendrás y me golpearas?, como si tus golpes de bebé dolieran. — El castaño vió como el pelirrojo se acercaba lo suficiente para poder sostener su rostro entre sus manos.

Una mordida fue lo que se llevó por acercarse mucho.

— Ouch.. maldita perra... — La voz de Chuuya había dejado de ser burlona, ahora era una voz oscura y siniestra.

Eso solo había causado un sentimiento de ira en el castaño, que le llamara maldita perra fue su límite, aunque no podía hacer nada por estar atado cuando saliera de ese lugar.. si es que salía.. definitivamente llamaría a la policía.

Aunque despertó de su trance de odio al sentir una mano pellizcar sus sensibles pezones, por lo que solo soltó un chillido agudo y trató de alejarse del pelirrojo, pero este le sostuvo para que no cayera al suelo, empezando a pasear sus manos por debajo de su camisa para seguir acariciando aquel lugar.

Lo logró, le sacó un gemido, aunque le diese asco hacer esas acciones con el pelirrojo, no podía negar que se sentía bien el ser tocado así, pues era humano, podía ser estimulado también.

Lo que logró el pelirrojo fue poner duro al castaño, lo suficiente como para necesitar atención y que doliera al no tener la atención que necesitaba. Mordía sus labios para evitar soltar algún sonido obsceno, apretando de forma leve sus piernas.

Sintió como el pelirrojo le soltaba las manos y piernas, aprovechando para patearle en su parte baja para salir corriendo de ahí. Corrió escaleras arriba y cerró con fuerzas la puerta para después ir a la puerta de salida e intentar abrirla.

Más no le fue posible ya que el pelirrojo, a saber como, le alcanzó y jaló para atrás, haciendo que cayera al suelo.

Soltó un quejido y le miró enfurecido, aunque cambió su rostro al ver un cuchillo en la mano del pelirrojo.
Un claro miedo se mostraba en sus ojos, no quería ser dañado, de nuevo.

Se alejó de forma lenta, estaba atemorizado de como era que el pelirrojo se acercaba cada vez más a él. Su cuerpo temblaba, sus ojos se cerraron fuertemente al sentir como el pelirrojo se ponía sobre el y le rozaba el cuchillo por la mejilla, bajando de forma lenta por su cuello para presionar la punta en su garganta.

El cuchillo bajaba hasta su estómago dónde se deslizó por sobre la ropa, empezando a rasgar levemente está misma, así de afilado era el cuchillo.

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En fin, mañana lo apuñalan

Se supone que iba a ser más largo pero sinceramente deje de escribir esto desde el miércoles, ya luego habrá capítulos más seguidos, supongo.

Love u all.

• Simple Broma - FyozaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora