El dilema

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Cuándo la puerta de entrada al departamento se abre, Francisco siente algo extraño en su interior.
no ha aprendido la hora, pero sabe calcular la posición del sol cuando llega Esteban, puesto que lo espera todo el día, y sabe que aún es algo temprano.

sin embargo, va de la habitación hasta la entrada emocionado, pues ha hecho una sorpresa para él.

Esteban cocinaba para él cada día, y él era muy observador, asi que durante los días que pasaron juntos aprendió a hacer algunas cosas.
aquél dia esperó para que Esteban se fuera al trabajo y preparó la cena. sabia que cuándo Esteban llegaría estaria todo frio, asi que se encargó de que sea algo que pueda comerse así. preparó un arroz blanco con verduras salteadas y lo mezcló, condimentando con esa crema amarilla que Esteban le ponia a todo.

se apura, quiere servirlo todo sobre la mesa, pero en el momento en que atraviesa la sala se topa con alguien que no es Esteban.

el hombre que acaba de cerrar la puerta a sus espaldas es alto, musculoso y tiene el cabello oscuro.
lleva entre sus dedos un cigarrillo, y tiene también un bolso que le atraviesa el pecho y le descansa en la espalda

—¡¿que mierda?!—grita el tipo apenas ve a Francisco quién asustado ante la sorpresa corre de vuelta a la habitación y cierra la puerta, dejando un camino de brillos desprendidos de sus alas.

el hombre se sorprende y asusta. no es la primera vez que ve un hada, de niño, uno de sus tíos tenía uno encerrado en un cuarto detrás de su casa. siempre que había alguna festividad o reunión familiar lo disfrazaba y lo obligaba a hacer alguna gracia.
a todos les parecia muy graciosa esa secuencia, menos a él. a él le aterraba.

deja caer entonces el cigarrillo al suelo al igual que el bolso y busco desesperado algo con que defenderse.
pisa sin darse cuenta el cilindro de nicotina que ha tirado y lo aplasta mientras, paralelamente, su mirada se topa con un paraguas de color negro que reposa aún húmedo contra la pared. lo toma.

no esta seguro de que va a hacer o de que sea lo que sea que haga vaya a funcionar, pero con paraguas en mano camina hasta la habitación y abre la puerta, encontrandose al hada encogido en un rincón.

—¿que haces acá? tenes que irte, ya mismo o...o voy a matarte— le grita. siente que esta gritando demasiado alto para causar miedo, porque de esa forma no escucha su propio temor

—yo...yo...Esteban...yo—tartamudea el ser misterioso que ha desplegado sus alas y se cubre torpemente con ellas

—tenes que irte, o llamo a la policía— continua gritando el sujeto, dando tremulos pasos

en este instante la puerta de entrada vuelve a abrirse.
Esteban percibe el bolso tirado en el piso junto al cigarrillo aplastado y escucha los gritos dentro de la habitación.

—¿Enzo?— pregunta asustado mientras sigue las voces

—¡acá! ¡estoy acá!

Esteban se apura, no corre, pues los metros cuadrados del departamento son escasos, pero llega justo a tiempo para ver a su novio Enzo, quién acaba de volver de un viaje, elevando un paraguas en el aire y en actitud amenazante sobre Francisco, quién esta en un estado de total pánico

—¿que haces? ¡déjalo! ¡es amigo, es un amigo! ¡Enzo!

—¿amigo? Esteban, tenés un...una de estas cosas acá, hay que echarlo

—¡un hada, es sólo un hada! ¡deja de asustarlo!

Enzo se detiene y lo mira con largos mechones de cabello castaño pegandose en su frente húmeda. la agitación le hace respirar con la boca abierta,mientras intenta recuperar la compostura y deja a un lado el paraguas.

5: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora