Your new life| Thirteen

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Me desperté atada en una silla, estaba en un lugar oscuro con un gran olor de humedad.. al parecer era de día.

Escuche un ruido de que alguien estaba abriendo la puerta, mis ojos veían un poco de color negro sin poder ver bien hacia al frente.

— T-Tom?.–Pregunte un poco agonizada.

Escuche como alguien río.

—No soy Tom, soy Williams.

Al escuchar una nueva voz para mi me acorde de que Tom me había enviado a esta casa de mierda y no tenía salida..

—Mira perra aquí hay reglas y te las voy a decir por que ahora eres mia.–Comentó.

—Uno, si no te pido que hables no hablas.
Segundo, pobre de ti que intentes escaparte o te las verás.
Tercero: harás todo lo que yo te diga.

¿Ahora el me iba a mandar? Este hijo de puta no sabe quien soy yo, creo que solo sabe mi nombre.

—Sii mi rey amado... gilipollas, ¿quien crees que eres para mandarme a mi?–Grite acercándome a su rostro.

El pelirrojo a escuchar esto puso una cara de desagrado.

—Williams, ese soy yo hija de puta de puta.–Gritó.

"Disparo"

Tom Kaulitz
Eran las 7:31pm y ya me avía subido a mi avión privado, no tenía señal a lo cual estaba demasiado aburrido sin saber que hacer.

Estaba completamente aburrido así que solo me quedaré en pensar en Monroe y no ver que hace...

—¿Sigues pensando en Maddisom?–Pregunto Bill alzando una ceja.

Por fuera aveces digo que no pero mi corazón dice completamente que si.

—No, como se te ocurre.–Dije riendo.

Obviamente solo pensaba en aquella chica por qué quien no pensaría en esa peli negra.

—Que bueno Tom, llegue a pensar que te habías enamorado...–Soltó acompañada de una risa.

¿Yo Tom Kaulitz enamorarme? Es eso posible...?

—¿Cuanto falta Tom?.

—Mm bueno.. unas casi 4 horas de vuelo.–Respondí seriamente.


[...]

Estaba en la cama con una rubia la verdad bastante hermosa pero no tan hermosa como Maddison.. diablos no se por que pienso tanto en ella.

—Buenoos días bebe..–Soltó una rubia con una gran sonrisa en su rostro.

—Vete.–Dije seriamente.

Estuvo muy bueno el polvo que me di con una mesera del bar que fui anoche a lo que llegamos.
Pero me sentía raro solamente pensaba en que estará haciendo Monroe, ¿Estará bien? ¿Comió? ¿Como pasó la noche? ¿Estará cómoda? ¿estará feliz? Eran los únicos pensamientos que pasaban por mi cabeza.

—Te dije que te fuera perra.

—Pero Tom, ¿que te pasa?–Pregunto la rubia









Continuará..

The dolls | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora