Los cuentos de la Nieve

Capítulo 7: "Are you, are you, coming to the tree?"

"Are you, are you, coming to the tree?"

Lucy se había presentado en Alma Coin sin previo aviso, pero segura de que la recibirían de inmediato. Después de todo, ella había sido la mejor amiga del padre de su esposo y la había visto crecer con él y los otros niños del Distrito Trece.

Alma había cambiado después de la muerte de Eddie y su bebé y algo se había desvanecido en sus ojos, pero siempre la había tratado con respeto.

Tessa Coin la dejó entrar a la cámara del consejo sin dudarlo y cerró la puerta detrás de ellos. También en la sala estaban Plutarch, el Gamemaker principal de los últimos Juegos del Hambre, su antiguo aliado clandestino, y Beetee, exactamente los hombres que había estado buscando.

Alma se había levantado para recibirla.

"¿Sí, Lulú?"

Ella había enderezado los hombros y sonrió levemente.

"Tengo una idea", había comenzado, "y una petición. Para que podamos esperar evitar lo peor de esta guerra".

"Vamos a oírlo."

El presidente la había invitado a sentarse con un gesto de la mano, pero Lucy permaneció de pie.

"Quiero poder reunirme con el presidente Snow antes de su ejecución".

Era obvio, no necesitaba que ningún estratega militar sugiriera que a Coriolano no se le permitiría morir fácilmente.

*Aunque hacía años que no había tenido a su Edward a su lado, perdido junto con muchos, demasiados otros en la epidemia de viruela que había devastado el distrito, Lucy Gray no era tonta.

Alma Coin arqueó las cejas, sorprendida.

"¿Y por qué?" ella le preguntó.

¿Por qué debería permitirlo? Pero también ¿por qué lo deseas?

Nuevamente Lucy pudo leer las preguntas en el fondo de sus ojos, como siempre se le había dado bien; ella, experta en desenterrar la verdad en el alma humana.

Lucy inhaló.

No tenía sentido seguir guardando el secreto; no tenía sentido esconderse, ahora estaban al final de la fila.

"Pues mi nombre completo es Lucy Gray Baird y soy la ganadora de los décimos Juegos del Hambre para el Distrito Doce", dijo, sin dudarlo, "Y Coriolanus Snow fue mi mentor".

Se hizo un momento de silencio en la habitación mientras Plutarch la observaba atentamente, fascinado.

"Soy la única persona que es capaz de entenderlo verdaderamente", continuó Lucy, ignorando la mirada escéptica de Alma. "Y planeo enviarle un mensaje, si podemos interceptar su comunicación en palacio. Él ordenará la rendición, y esa es una promesa". 

Él se entregará y regresará a ella, tal como ya lo había hecho, en el momento en que creía haberlo perdido todo.

Alma no pudo contenerse y soltó un bufido de risa amarga.

"Si tienes este poder, Lucy Gray Baird , ¿por qué vienes a verme ahora?" le preguntó, enfatizando su verdadero nombre como si fuera una burla.

Lucy no se inmutó.

"Esto no es algo que pueda suceder mañana", respondió en voz baja. "Primero hay que acorralar a Snow de forma irrevocable. Debe darse cuenta de que perderá esta guerra".

"Entonces todo ha sido en vano" le respondió Alma, sonriendo sarcásticamente "Si la condición es la victoria... igual ganaríamos, ¿no?"

Lucy simplemente la miró fijamente durante unos segundos, sondeando su alma.