I Had No Choice [King Boo X Luigi]

Capítulo 5| Codicia

Puede hacer lo que le plazca con él, con su cuerpo, con su alma.

Boo pensaba que era mucho más satisfactorio poder tocar, más divertido. Tal vez tenía razón. Aunque realmente, su forma de hacerlo nunca fue la más adecuada.

A Luigi le encantaría de verdad tener lo que siempre quiso. Siempre rogando por lo que quería. Por una vez solamente. Sería la primera y la última ocasión en la que el pudiera tener algo de verdad. Le gustaría poder permitirse ser egoísta y pedir algo más.

...

Luigi había despertado casi inmediatamente de aceptar el trato, cuyas condiciones estúpidamente no escuchó. Atreviéndose a preguntar acerca de ellas se levantó del sofá en el que estaba acostado, sorprendido de que al menos, Boo, se haya tomado cierta molestia de dejarlo en un lugar cómodo.

"Cuáles son tus condiciones?" Luigi preguntó. Manteniendo el semblante serio.

"No tienes que saberlas. Has aceptado ya y no es algo que debería importar ahora."

"Si no importa, ¿Por qué no debería saber?" Confuso preguntó, esperando respuesta.

Boo entrecerró los ojos, meditando su respuesta, lo que Luigi había dicho tenía sentido. Además, sería divertido ver la reacción que pondrá al saber.
"Tu alma. Es eso lo que quiero", el pensamiento le hacía estremecerse de la satisfacción, "que seas completamente mío."

Ver a Luigi poner esa cara lo hizo querer más y más de él, aunque eso signifique su odio eterno.

Era un trato codicioso y lleno de trampas. Luigi lo sabía y aún así...

"No puedo negarme ahora. Lo sé perfectamente", ni siquiera sus náuseas terribles le hicieron titubear. Reuniendo el coraje para seguir, abrió la boca una vez más, "así que más vale que cumplas tu palabra y me dejes volver, aunque sea solamente un día, o no me rendiré hasta poder meterte en un cuadro y quemarlo contigo dentro" respiró con dificultad, sintiendo cómo sus piernas casi lo hacían caer, "cueste lo que me cueste" declaró finalmente.

Boo quedó sorprendido ante la valentía que podía llegar a tener este hombre.

Al desear tanto no se contuvo para lo que hizo después.

Tomó su cuerpo en sus brazos y lo apretó contra el suyo, tanto que hasta pensó por un segundo que pudo sentir la calidez del cuerpo de Luigi.
Ahora que por fin podía tocar lo que tanto deseó, no iba detenerse. Tanto tiempo deseando tenerlo, poseerlo. Consumirlo por completo.

Pero era eso lo que realmente deseaba, ¿Quería verlo sufrir? ¿Consumirlo?
¿Quería tenerlo a su disposición? ¿Era un trofeo o algo más? No le importa en lo absoluto, pero adoraba la sensación. Poder sentir la calidez de alguien, algo que había creído que jamás experimentaría de nuevo, le hacía recordar ciertas cosas que había olvidado ya. Pudo probar sensaciones que su pasado se forzó a olvidar, por ninguna razón aparente. Cosas que lo hacían sentir vivo.

Luigi no podía sentir sus propias extremidades, no se movía, estaba paralizado de miedo. Creyendo que no regresaría nunca más y se quedaría atrapado, como siempre temió. Toda pizca de valentía que había reunido casi se había esfumado completamente.

Boo lo había empujado al sofá, poniéndose encima y apretando con fuerza. Su rostro bajó hasta el pecho de Luigi, oliendo una mezcla entre sangre, sudor, y distintos aromas revueltos casi en uno solo, pero el que más destacaba era un olor que no había notado con certeza antes, ¿Era uva?

Continúo pasando sus dedos por marcas y heridas expuestas, lugares donde la ropa fue desgarrada y manchada. Dejó de apretar tan fuerte así que Luigi pudo respirar de nuevo, pero ahora tenía frío.
Luigi se quejaba cuando sentía los dedos helados del fantasma pasar por encima de lugares dolorosos para él, tratando de contenerse mordiendo sus labios para detener cualquier sonido que amenazara con salir de su boca.

Estuvieron un rato de esa manera. Luigi estaba al límite. Su corazón estaba por explotar. Y Boo podía escucharlo palpitando fuertemente y con tanta rapidez que casi juraba que estaba por darle un infarto.
No le importaba en lo absoluto pero, por primera vez en casi una hora, volteó a verlo a la cara. Con los ojos llenos de curiosidad, se acercó más, poniendo ambas manos en los costados de su rostro.
Luigi tenía un rubor cubriendo sus mejillas, si era de vergüenza o por otra razón distinta no lo sabía, abrió los ojos al sentir un aire frío soplando en su cara. Entonces vió a Boo mucho más cerca que antes observándolo atentamente. Luego lo acarició con los pulgares, notando lo caliente que estaba bajo su toque.

Boo sonrió, sin ocultar su evidente satisfacción. Viendo cómo con sus cálidos dedos, Luigi, tomaba sus muñecas congeladas, pudiendo sentir su temblar, queriendo apartarlas de sí mismo; con ojos temerosos y húmedos, casi por llorar. "Su- suel... me... " Masculló. Dando un chillido asustado cuando la sonrisa de Boo se hizo más grande, mostrando sus filosos dientes.
La respiración de Luigi iba aumentando la velocidad, cuando se dió cuenta que sus intentos para apartarlo no funcionaron, su voz trató de emitir cualquier otra cosa que no fueran balbuceos, "quítame tus asquerosas manos de encima..." Logró decir, sin tartamudear, pensando que iba a desmayarse del miedo.

Boo soltó una carcajada que resonaba por las paredes de la habitación; al mismo tiempo que se levantaba del sofá lentamente, acariciando por última vez las mejillas del otro. Luego le dió la espalda, "cuida tus palabras, Luigi. La próxima vez no seré tan paciente" dijo, con calma, para después desaparecer de la habitación repentinamente.

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Luigi sintió que no podía retenerlo por más tiempo, corriendo apresurado al casto de basura que ahí se encontraba. Vomitando todo lo que su estómago no pudo soportar, tosiendo y respirando por su adolorida garganta. Sintiéndose miserable, patético. Como un cobarde.

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Notas:

Ha pasado bastante tiempo. Pero waos, ésto se me salió de las manos un poquito. Es ligeramente extraño pero espero que cumpla las expectativas de quien lo lea.
Una disculpa por mi falta de ideas de estos meses, trataré de reponer algunos capítulos, solamente si a alguien le sigue interesado, claro. Espero que sí. Y si no pues bue.
Sinceramente no he querido releer la historia porque siento que está un poco rara de leer, por eso los errores de continuidad algunas veces, también por si quité detalles de antes o agregué otros de la nada, y posiblemente la repetición de la estructura de otros capítulos pasados; además de que lo he estado escribiendo por las noches así que tiendo a repetir situaciones sin darme cuenta y me confundo, debe ser por eso.

Y ya.

Sólo eso.

Mucho texto.

Gracias por leer.

Brutales las ganas de vomitar, le duraron como tres capítulos. XD