I Had No Choice [King Boo X Luigi]

Capítulo 4| Jardín de ensueño

Despertó, sintiendo los párpados pesados.

Pensó que no podía moverse en lo absoluto, creyó que si lo hacía podría quebrarse en ese mismo instante, como una muñeca de porcelana, débil, tan frágil, y en manos de un coleccionista codicioso y enfermo; pero no lo hizo, no se rompió en cambio parecía tener más fuerza en el cuerpo.
Y cuando se dio cuenta de dónde realmente estaba, se levantó casi de un salto y dio vueltas sobre su lugar, tratando de analizar el lugar.
Era un lugar abierto, era de noche, estaba en un campo abierto, habían flores que parecía brillar bajo la luz de la luna y las hojas de los árboles, danzantes y tranquilas, reflejándose por la iluminación.

Por un momento parecía tener la tranquilidad que pensó no volvería a tener jamás. Respiró profundo y cerró los ojos mostrando una amplia sonrisa en su rostro. Estaba soñando. Por un momento fue como si todo el dolor se hubiera ido, el sentimiento de incertidumbre había desaparecido por completo dejándolo estar tranquilo, aunque fuera tan sólo unos segundos.

Respiró el fresco aire, lo que le hizo sentir ligero. Caminó hasta el árbol más grande que pudo notar y, para él, el más bonito de todos. Mientras caminaba hacia el árbol, de hojas de un color verde reluciente y destellos que parecían rojos, se permitió apreciar y acariciar las flores a sus costados; siendo su mente la dominante del sueño, pudo oler dulces combinaciones de todas las flores que sus recuerdos habían almacenado con el tiempo, fragancias que le recordaban a distintas y maravillosas experiencias.

Ya estando debajo del árbol se sentó, apreciando la belleza que su cabeza le dio permiso de apreciar, casi llorando de la felicidad.

Se detuvo y observó, hubo una flor en particular que nunca había visto, apenas florecía, era blanca con pétalos alargados que se veían enrollados formando un pequeño remolino, abriéndose poco a poco. No le parecía posible estar presenciando tal acontecimiento, una flor florecer de noche, y más si jamás en su vida la había visto.

Luego, una voz tranquila y suave se escuchó acercarse.

"Esa flor, tiene por nombre dama de la noche. Sólo florece de noche una vez al año, y es un espectáculo verla. Tan hermosa y delicada." Dicho con calma y paciencia mientras miraba a la flor para luego apartar su mirada y ver al hombre sentado frente a él.

Boo había montado todo ésto.
Pensó que su cabeza no sería lo suficientemente capaz de crear tal escenario, pero nunca se imaginó tal cosa. El Rey de los Boo, montando todo un espectáculo sólo para él.

¿Por qué?

No podía imaginar una sola razón.

No supo que decir, simplemente miró, como siempre lo hacía. El Boo estaba lo suficientemente cerca que, si estiraba su brazo al frente, podría tocarlo, hipotéticamente.

El Boo se sentó frente a Luigi, a unos pocos centímetros de distancia y observó su inquietud.

"Luigi." Su cuerpo se sintió tenso. "Ingenuo e inocente. Creíste toda esa artimaña y estás pagando por ello." Dijo el Boo, acariciando el rostro de Luigi, capturando sus reacciones detalladamente.

Estaba completamente confundido, lo que dijo no tenía sentido, sabía a lo que se refería pero no a dónde llegaría todo eso.

"Así que, si libertad es lo que quieres, podemos hacer un acuerdo. Un tratado de paz, puedo hacer algo por ti, pero necesito algo a cambio."

Ahora está hablando. Era demasiado bueno para ser verdad, algo a cambio de un poco de libertad, su alma.

"Tu cuerpo ya es mío. Tu presencia aquí lo comprueba, pero no es suficiente. Necesito tu entera existencia, un trato de libertad por tu alma."

Lo lejos que había llegado daba mucho de qué hablar. Su avaricia nunca se acababa, tenía un vacío sin fondo rogando por llenarse, aunque le fuera imposible.

Sabe qué pasará pero aún así ese deseo de poca libertad que le estaba proporcionando era tentador. No podía intentar escapar, eso está claro, porque, si sus almas estaban atadas no había nada que pudiera hacer.
Se preguntó si eso valía la pena. De verdad lo consideró una buena opción, y la única que le quedaba, al menos si deseaba volver a ver a sus seres queridos, a su hermano.

"¿Qué es lo que ofreces?" Temeroso, habló Luigi.

"Lo que desees.
Y si libertad es lo que quieres, dejaré que la tengas."

Sonaba tan sencillo pero, no debía ser así, debía haber algo más, pensó tantas veces en ello y aún así no lo creyó. Tenía la certeza de que algo, en algún momento, ocurriría sin más, algo que lo haría no querer volver a desear nada más. Eso pensó. Y aunque también pensó en la posibilidad de que lo hacía por compasión no descartó la idea de poder que ejercería sobre él si lo desobedece.

Sus pensamientos liberan un miedo inconfundible en su mente, causando así alteraciones a su propio sueño. La luna se apaga poco a poco. La dama de la noche se marchita y las demás flores se pudren. Está haciendo que su cabeza duela.

Sus ojos desorbitados corren por todo el lugar. Una pesadilla. No había sido causada por Boo, fue hecha por él mismo. Su mente trastornada logró hacer que un maravilloso espectáculo pudiera tornarse en una horrible pesadilla.

Otra vez, perdido en el flujo tiempo sin saber qué hacer.

Tal vez en otra vida pueda regresar. Pero no la hay, y lo sabe.

Le falló a sus amigos, a su familia, a su hermano. Y con ello, le falló a su promesa, "mientras estemos juntos nada podrá hacernos daño." La que ambos hacían todo el tiempo, ahora estaba rota, estaba rota por una falta de capacidad. No fue capaz de detener a su destino, y lo empeoró.

Si, sólo tal vez, en otra vida pudiera verlo de nuevo, jamás lo soltaría.

La luna se tornó oscura, en tonos púrpura. Las estrellas, que parecían haber estado antes, habían desaparecido, dejando a la luna como única fuente de luz.
Las hojas del árbol caían, para dejarlo viéndose seco y deprimente. La fuerte ventisca llevó consigo las hojas, ya secas, y causando un remolino con ellas.

La luna, oscurecida por su temor, reflejaba su luz sobre ambos, parpadeando ligeramente.

Luigi pensó una vez más y se detuvo todo a su alrededor.

"Acepto."

Notas:

Ha pasado un tiempo, aún así espero que sigan teniendo el mismo interés por la historia que al principio parecía haber. He pensado seriamente en cambiar el principio de la historia, ahora que lo vuelvo a recordar me parece ridículo el ofrecimiento de Luigi y me parece mejor otra cosa, aún así tal vez avise el cambio más adelante, los capítulos del tres en adelante posiblemente no sean modificados, de cualquier modo daré aviso, si es de interés saber, obviamente.
Hubo una parte en la que me la saqué de una canción que me gustó un montón, fue una inspiración para sacar el capítulo más rápido. Agradezco profundamente a esa canción.

Nuevamente agradezco la atención que se le dio a ésto. Y aunque no pueda sacar capítulos tan seguido como antes puedo continuar con él. Dejó de convencerme el principio pero este capítulo fue satisfactorio para mí. Me gustarían las opiniones. De nuevo, gracias por leer.