VII

156 13 1
                                    


-bueno, vamos al tema-Armando cortó ese silencio para empezar a hablar haciendo que el rubio le preste atención cruzado de brazos.-estamos dispuestos a arreglar vuestros patrullas, pero...-hizo una pausa levantando su dedo antes de continuar-no va a ser gratis, tendreís que pagar las reparaciones y los lavados.

-¿Como que tenemos que pagar tete? ¿Nosotros limpiamos la ciudad de delicuentes y tenemos que pagar si en una persecución nos dan un golpe?-Isidoro fue el primero en quejarse de aquella oferta de forma tranquila sorpresivamente.

-hombre, es que si no nosotros no cobramos, no os vamos a pagar nada, nos da igual que detengais a el mayor traficante-contesto molesto el del mono rojo serio y tranquilo, tanto que Gustabo ya se estaba molestando.

-pero es que tampoco veo justo que nosotros tengamos que pagar por un zeta de mierda, aquí hay que entender las dos partes, yo la verdad en mis planes no está pagar 200 pavos por que me limpieis un patrulla, hay que llegar a un termino medio-ahora fue el ojiazul quien contesto al mecánico acercandose a él intentando aparentar tranquilidad, la conversación ya parecía un debate y no un acuerdo, cada uno refutaba lo que el otro decía sin gritarse, llegaron a estar media hora sin llegar a un misero acuerdo entre los dos hasta que Gustabo quien había recolectado toda la información que decían los mecanicos y la que decían ellos mismos habló ya que tuvo una idea cortando a al jefe de aquel lugar a plena frase.

-perdón por interrumpirte, pero tengo una idea-le sonrió para luego pensar las palabras correctas para explicarse-si un patrulla está muy destrozado entonces lo pagaremos nosotros, pero si es una simple rayada o una limpieza rápida podría ser gratis, cuesta poco y vosotros sabeís que la mayoría de patrullas terminan destrozados, que decis ¿trato?-propuso el ojiazul extendiendo su mano para ver si aceptaban su trato rezando para que dijeran que sí a su idea ya que no quería otro debate que no llegaría a nada.

Emilio iba a hablar para negarse pero su jefe estrecho su mano con la del inspector aceptando su trato al instante cosa que dejó al desconcertado al mexicano quien no estaba de acuerdo con ese trato del todo.

-Gustabo, te importa venir a mi oficina a hablar un momento-dijo el mecánico jefe antes de soltarle la mano a rubio esperando respuesta de este.

-sí, claro, Isidoro esperame aquí, ya vengo-Gustabo siguió al del mono rojo hasta su oficina, esta era bastante grande y ordenada, cuando Armando se sentó él tomó asiento enfrente mientras le miraba.

-el tema es que me gustaría pedirte perdón por haberte tratado de esa forma ese día, te eche de una manera algo violenta-se disculpo haciendo que el policía se sorprendiera ya que esperaba de todo menos una disculpa.

-no pasa nada hombre, ya está olvidado-le sonrió amable ocultando su sorpresa y desconfianza hacia él-pasa buen servicio y buen día-comentó levantandose de la silla para irse de aquella oficina tranquilamente.

-igualmente Gustabo, por cierto ¿me pasarías tu número? Por si hay algún problema-el rubio asintió y se intercambiaron números y seguido de eso Gustabo se fue corriendo bajando las escaleras para ir a patrullar con Isidoro.

Armando suspiro empezó a trabajar en la oficina pidiendo los aceites y piezas que le faltaban o quedaban pocas, cuando escuchó a alguien tocar a la puerta le pareció extraño ya que en el taller nadie acostumbraba a tocar la puerta por educación.

-adelante-fue lo único que dijo mientras tenía un bolígrafo en la mano y pensaba cuál era el aceite que faltaba.

-Armando ¿Que tal el día?-cuando escuchó esa voz levanto la cabeza y dejó lo que estaba haciendo para mirarle, debía hablar con él y menos mal que había aparecido.

𝚅𝚎𝚗𝚞𝚜... (Nadantabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora