Capítulo 14

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Danielle estaba paseando nerviosamente frente a ella, moviendo sus manos con evidente ansiedad, y Haerin tampoco estaba colaborando mucho, callada y sin dejar de mirarla.

Después de que Danielle le dijera que era su ex prometido, Haerin tuvo que sentarse en el sofá. No había dicho nada en todos esos minutos, a pesar de que su rostro parecía estar pidiendo una explicación. La única que hacía ruido alguno era Hikaru, sentada a metros de ellas y jugando con sus juguetes. La bebé no parecía entender qué estaba ocurriendo.

—Él...

—Me dijiste que no tenías tiempo para esas cosas —le interrumpió Haerin—, que no... Danielle, ¿cómo puede ser tu ex prometido? ¿Por qué no me hablaste de él? —añadió, con expresión herida.

—No es importante —contestó, pero vio que Haerin no parecía satisfecha con esa respuesta, y la alfa decidió sentarte—. Escúchame, preciosa, no es lo que estás creyendo. Él y yo... salimos hace muchos años, ¿está bien? Cuando yo tenía diecinueve y él dieciocho.

Haerin quedó sorprendida con sus palabras, porque eso significaba que ocurrió por lo menos once años atrás. Danielle debía ser recién una estudiante universitaria, al igual que Jiho.

—¿Cómo? —tartamudeó, atónita.

Danielle parecía algo avergonzada.

—Vengo de una familia... tradicional. Los matrimonios concertados son pan de cada día. Jiho... es hijo de una amiga de mi padre, y ellos creyeron que sería buena idea —rascó su nuca—. Lo acepté al inicio, él y yo nos conocimos y teníamos muchas cosas en común. Puedo decir que me gustaba.

Haerin escuchó todo en silencio, sintiendo una pizca de celos por esas últimas palabras. No debería desconfiar de Danielle, se lo estaba explicando todo con calma, pero no podía evitarlo. Esa dolorosa relación con Kangsan le dejó muy insegura acerca de tener novia, a pesar de que no quisiera demostrarlo, porque temía demasiado volver a ser utilizada. No quería quedar como una idiota, con el corazón roto por haber caído ante las redes de una nueva alfa.

—Estuvimos comprometidos dos años cuando me di cuenta de que no podía hacerlo. Jiho me gustaba como amigo, pero como nada más, y estar en la universidad abrió un nuevo mundo para mí, no limitado sólo a la burbuja en la que crecí —continuó Danielle, agarrándole la mano—. Lo que quiero decir, Hae, es que le terminé, ¿vale? Le terminé hace mucho tiempo, y no hay nada entre él y yo. No quiero a Jiho de esa forma y tú eres la única que ocupa mi corazón, preciosa.

—Pero... —Haerin no podía evitar la desconfianza, los celos y el miedo—, pero ¿qué hacía acá, Danielle?

La alfa le acarició la palma de la mano, como si quisiera relajarla, sin embargo, seguía muy tensa. El encuentro con Jieun a la hora de almuerzo ya le había arruinado el día, y esto terminó por rebasar el vaso. Una parte de ella quería volver a su departamento con Hikaru, aunque una más grande insistía en abrazar a Danielle y acurrucarse contra ella. Haerin estaba un poco asustada de lo que podía significar eso.

—No enloquezcas —pidió Marsh, y Haerin no entendió—. Jiho quiere que lo volvamos a intentar.

—¡¿Que él qué?!

Hikaru chilló ante el grito de su mamá.

—¡Baaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! —y rompió a reír, agarrando su pobre y maltratado perrito para llevárselo a la boca.

Danielle parecía un poco divertida ante sus palabras, a pesar de que Haerin no le encontraba gracia alguna.

—Jiho es omega y viene de una familia tradicional, Hae —explicó con suavidad—. Sus papás no se tomaron bien nuestro quiebre. Él piensa que, si volvemos, los hará sentir orgullosos.

way back home; daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora