Capítulo 05

1.3K 173 34
                                    

Haerin observó el mensaje que Danielle le envió segundos atrás, diciéndole que en media hora pasaría a buscarla, y tomó en brazos a Hikaru.

La bebé berreó en señal de felicidad, saliendo de la pequeña tina de plástico transportable que su mamá le tenía para bañarla. La envolvió en su toalla, secándole el cabello y oyéndola reír. La omega también se rió, haciendo vibrar sus labios y presionándolos contra el estómago de su cachorrita, y Karu rió con más fuerza.

―Ahora si estás feliz ―suspiró, alejándose y secándola por completo―, ¿no? Sólo quieres ver a mi profesora.

―¡Baba! ―gritó la niña, emocionada.

―Bueno, ¿y cuándo me llamarás a mí?

―¡Babi! ―añadió, sin dejar de sonreír.

Haerin también sonrió ampliamente, poniéndole los pañales y luego su ropa interior y calcetines. Ese día no iba a hacer tanto frío, así que optó por una camisa blanca y encima un enterito de perro que Hanni le regaló, pero le quedaba algo grande. A la pequeña no le interesaba, le gustaba mucho usar esa prenda, en especial porque las mangas de las muñecas cubrían sus manos.

―Te llevaré, a pesar de que es mi cita ―recalcó Haerin, apuntándola. Hikaru la miró con esos ojos pequeños―, así que más te vale que te portes bien, pequeña cachorra.

―¡Prrrrr! ―balbuceó, elevando sus manitos y tocando las mejillas de su mamá. Haerin sólo se rió.

―Si me haces un berrinche, prometo no darte más leche ―amenazó, y Hikaru frunció el ceño.

Hae le pellizcó la nariz, tomándola en brazos y dejándola en el suelo. La bebé inmediatamente empezó a gatear hacia sus juguetes, por lo que la omega no tardó ordenar las cosas de Hikaru en su bolsillo. Pañales, muda de ropa, su chupete, algunos juguetes con los que entretenerse, además del canguro que siempre llevaba para todas partes. Ya era parte de ella.

Se sobresaltó cuando la puerta del departamento fue tocada, notando que no estaba un poco lista para salir, y sus nervios se atenazaron en su estómago.

Tomando aire, fue a abrir la puerta y observó a Danielle frente suyo, sin el típico atuendo formal y elegante al que ya se había acostumbrado. Ahora sólo llevaba unos pantalones oscuros, una camisa blanca y un abrigo de cuero. Santo Dios.

Sintió el color pintando sus mejillas.

―¡Pro-profesora! ―tartamudeó.

―Danielle ―corrigió, sonriendo levemente―. ¿Cómo estás, Hae?

El apodo le puso más nerviosa enseguida, pero trató de controlarse para no soltar feromonas y llamar la atención de la mujer. Se supone que era una cita de amigas, ¿no?

―Todavía no estoy lista ―barboteó la menor―, ¡pero pase! ―se hizo a un lado, invitándole a su pequeño apartamento―. ¿No le molesta esperarme unos minutos?

―No te preocupes ―Dani no dejaba de sonreír―. Puedo cuidar Karukaru si tú quieres.

―¡Baba! ―gritó Hikaru, feliz, y dejó sus juguetes de lado para gatear hacia Danielle.

Haerin vaciló un momento, pero terminó aceptando al ver lo cómoda que estaba la bebé con la alfa, así que corrió a su cuarto para cambiarse de ropa. No sabía qué escoger realmente, Haerin solía inclinarse por prendas brillantes y que incluso no combinaban, pero su omega estaba tan inquieta, empujándole a vestirse bien ahora. Terminó eligiendo unos pantalones sueltos, una playera de tiras negra y un abrigo corto. Ordenó su desordenado largo cabello lo más rápido que pudo e incluso se aplicó un poco de brillo labial, sintiéndose algo ridícula por lo que estaba haciendo. Salió muy veloz de la habitación para no arrepentirse.

way back home; daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora