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_El corazón dice_
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— ¿Qué su...sucede Hokage-sama? —le preguntó juntando sus dedos a la altura de su pecho. Se veía tan tierna haciendo ese gesto tan característico que Kakashi estaba conteniéndose las ganas de abrazarla. —. ¿Debería yo saber algo al respecto de lo...lo sucedido? —el peliplata abrió los ojos como plato. No había caído en cuenta de que la azabache estaba hablando de esta escena.

—Claro que debes saberlo todo, Hinata, muy pronto serás me esposa. —sonrió ampliamente a lo que la azabache respondió con un sonrojo. Aún la idea de que se casaría con el rokudaime Hokage no cabía en su cabeza. Había pasado todo tan rápido y de repente. —. Yo no conozco de nada a esa mujer —sentenció —. A mi parecer estaba un poco alcoholizada y se confundió.

—Y...a, ¿a qué se refería ella con que usted está mal? —lo miró con cara de preocupación. —. ¿No ha dormido bien? ¿Es por mi? —Kakashi comenzó a negar desesperadamente con manos y cabeza, lo menos que quería era que pensara que era por ella. Aunque en verdad si era por ella, por ser tan perfecta y hermosa, buena persona y cariñosa. Tanta bondad lo estaba matando.

—Esto no es sencillo —Hinata escuchaba atentamente al peliplata. —En realidad, me incomoda mucho hablar de esto contigo, y también sé que si supieras de lo que es estarías también incómoda. —la situación ya estaba asustando a Hinata, al punto que llevó sus manos al pecho y las estrechó contra este muy fuerte. No pudo darse cuenta y ya estaba mordiendo su labio inferior por la angustia del momento.

—So...solo dígalo, Hokage-sama —Kakakahi nunca había visto a la azabache tan preocupada y nerviosa. Quizás el hecho de no saber que era la tenía angustiada. El problema era, ¿cómo Kakashi se dirigiría a ella? Su cabeza estaba llena de miles de palabras que podía decir en ese momento pero no salían.

—Veras, yo...yo, yo soy un hombre —se reprendió internamente por a ver dicho esa estupidez, pero al ver la cara más relajada de Hinata pudo saber que ya no estaba tan nerviosa como antes. —. Tengo necesidades y Hinata no me estás ayudando. Eres tan perfecta, malditamente perfecta, y tengo miedo de que no me aceptes. Tengo miedo de arruinar tu juventud, tengo miedo a mancharte ya que eres muy pura, tengo miedo a perderte. —una lágrima rodó por la mejilla de la azabache. Kakashi con delicadeza limpió su rostro y dejó depositada su mano en este. —. Eres tan hermosa, que cada noche tengo que reprimir mis deseos porque no quiero que me temas, pero la verdad es que me tienes vuelto loco princesa Hyuga —el peliplata la miraba intensamente sin despegar su mano del rostro de la chica. Sonrío al ver que Hinata iba suavizando sus facciones. —. Es simplemente eso, que no puedo reprimir más mis deseos hacia ti. — el rosotro de Hinata se volvió pálido para luego tornarse de un carmesí intenso.

—Ka...Kakashi —el último la agarró del brazo y se sentaron juntos en la cama, comenzó a acercarse cada vez más al punto de que iba a bajar su máscara.

—Hokage-sama —Apareció Shikamaru por la puerta. A Hinata le salía humo por las orejas mientras jugaba con sus dedos. Kakashi por su parte miraba al Nara con cara de pocos amigos.

—¿Es que no te enseñaron a llamar? —se contuvo para no gritarle que saliera de la habitación inmediatamente. Casi lo lograba sino fuero por el pelo de piña.

—Estaba abierta —señaló la puerta con su pulgar sin intentar quitar el aire de tensión que se respiraba en el ambiente.

—¿Qué ocurrió? —luego de un largo suspiró se decidió a hablar. El Nara lo miró con ideas no tan sanas y Kakashi asintió con la cabeza.

—Dios —un leve sonrojo apareció en las mejillas de Shikamaru. —¿Qué estaba pasando aquí? —la pregunta fue lanzada más para Hinata que aún miraba el piso como si fuera lo más interesante del mundo.

En el fondo de mi Corazón ~Kakahina~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora