Springtrap (Una historia de Five Nights At Freddys)

Capítulo seis - Halloween

Era de noche y Mike estaba cocinando el desayuno de su hermana para que se lo llevara en la mañana ya qué el se iría temprano al trabajo. Eran huevos revueltos y papa, a los que metería dentro de un Tupper y lo acompañaría con jugo de naranja. De ruido de fondo tenía la televisión encendida en la sala para escuchar las noticias o algún programa, ya que le impacientaba el silencio.

Abby caminó dentro de la cocina y se sentó en el comedor, escuchando a su hermano cocinar mientras ella hacia su tarea.

—Mike.

— ¿Qué pasa Abby? —dijo sin quitar la vista de la comida.

—Unas amigas que conocí en la escuela me invitaron a pedir dulces para mañana en Halloween, ¿puedo ir?

— ¿Van a ir acompañadas de sus padres?

—Sí.

—Entonces yo también las acompaño.

—Pero ya estoy grande.

—Eres joven y te estoy cuidando, en eso consiste la custodia.

—Pero no quiero que estés pegada a mi, seria raro.

—No voy a estar pegado a ti, te veré a lo lejos. ¿A que hora y en donde se reunirían?

— A las cinco frente a la escuela, dicen que dan muchos dulces por ahí.

— ¿Y confías en ellas, no te están haciendo una broma?

—No tienes que desconfiar de todo el mundo.

—Tu sabes muy bien porque estoy preguntando eso, ¿Qué harías si te dejo sola y ninguna de tus amigas se presenta? Me preocuparía por ti porque habrá mucha gente disfrazada y podrían secuestrarte. y tienes suficiente edad para saberlo.

—Esta bien.

— ¿De que te vas a disfrazar? ¿Quieres que compre algún disfraz o buscaras algo que tengamos en el armario.?

—Me disfrazare de un fantasma con falda.

—Tierno.

— ¿Tu te vas a disfrazar?

—Con mi cara tengo para ahorrarme el maquillaje.

Abby rió —Hablo en serio.

—También hablo en serio, no tengo disfraz o pintura.

—Yo tengo pintura en mi cuarto. Yo te puedo pintar la cara.

—No me gustan los payasos.

—Pero tu nunca sonríes.

—Ja ja, muy graciosa.

— ¿Cuántos años tienes que no festejas Halloween?

—Muchos años, desde antes que nacieras.

—Por lo de Garret.

—Exacto.

— ¿Y como te sientes?

—Pues... no lo se, trató de avanzar con mi vida, pero eso me me persiguió por tantos años que me es difícil tratar de que no me afecte en mi vida.

— ¿Crees que ese señor con el que te enfrentaste recibió su merecido?

—Yo espero que sí, pero no hice mucho, solo salí lastimado y derrotado. Tuviste que ayudarme para tener la ventaja.

—También Vanessa nos ayudó.

—Eso es mas complicado.

— ¿Por eso no la visitamos?