Fruto del deseo

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Disclaimer: Ni naruto ni sus personajes me pertenecen. El fanfic si es de autoria y lo hago sin fines de lucro.

Advertencias: Esta historia contiene sexo explicito, lenguaje vulgar, infidelidad y posiblemente muerte de un personaje.

Aclaraciones: 《pensamientdos》, recuerdos, (1 notas), etc.

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            Capitulo 1:el fruto del deseo

Todo había empezado en aquel verano

Se encontraba celebrando su cumpleaños número treinta y cuatro en su tan amada finca a las afueras del condado de Arizona, su esposa había planeado una gran fiesta en su mansión en Los angele california, pero a pesar de que él gozaba del lujo y la opulencia, jamás fue devoto a las fiestas; sin embargo, su esposa las amaba, y a él le encantaba fastidiarla.

Catherine Smith había puesto el grito en el cielo cuando vio que él había decidido cambiar su tan planeada fiesta de gala, con modelos de diseñador, periodistas por doquier, champaña y caviar; por una reunión intima con amigos, ropa campestre y barbacoa en el mugroso rancho que el tanto amaba, y que ella tanto detestaba.

Cualquiera que viera tan odiada propiedad por la peli negra, no dudaría en llamarla loca, el lugar era un paraíso en la tierra, de varias hectáreas por recorrer y contando con los animales adecuados para ello, su esposo se había convertido en un As de los negocios y uno de ellos era el criadero de caballos, unos sementales tan deseados como él, pero también poseía un gran viñedo en esas tierras y una piscina que más que eso parecía unas cataratas fabricadas por el hombre, todo el lugar era hermoso. Pero para alguien que no tuvo mucho de niña, amaba más las grandes ciudades, donde podía pasar su vida entera comprando zapatos y ropa de diseñador, y prefería mil veces su mansión, que tanto presumía con su círculo de amigas, que estar rodeada de tanto animal y cosecha.

Sin embargo, Sasuke estaba más que acostumbrado a salirse con la suya, y las quejas de su esposita como siempre le valieron una mierda, mientras veía con gracia como esta no hacía más que componer una muca de disgusto a las menciones de tan bello lugar, decidió irse a beber una gran copa de brandi lejos de todo ese bullicio.

Camino entre la gente, esquivando a cada conocido para no ser interrumpido en su tan acostumbrado paseo nocturno por el lugar, cada vez que iban allí se tomaba el tiempo de recorrerlo por las noches, acompañado solamente por el amado sonido de la naturaleza que tanto lo relajaba; sin embargo, dicho sonido era más que opacado por el ruido del entusiasmo y gozo, producido por sus invitados; arrugo la nariz, ¿ya había dicho que no le gustaban las fiestas? Pues no lo hacían y estaba más que ansioso porque esta terminase, nunca fue sociable a no ser que lo necesitara.

Con cuidado se adentró a las caballerías, acariciando a su paso a cada uno de sus ejemplares, deteniéndose en uno en especial, su favorito; un semental negruzco y salvaje que él con gran orgullo había domado, ¿y por qué era su favorito? Simple, él pensaba que si fuera un animal, sería ese caballo; salvaje, astuto y brioso. De joven y también incluso ahora, era igual, un semental amado y deseado, listo para cada yegua que encontrara a su paso, hasta que preño a una.

Dándole un sorbo a su copa miro a la yegua blanca que se encontraba al frente de su favorito, la maldita era hermosa y muy arisca, y se había negado por meses a ser inseminada por su caballo, que al parecer tenía una afinación desconocida por ella, tanto que se vieron obligados a aparearlo con otra yegua para evitar que la droga con la que eran estimulados causara otro efecto en él. Roseta la yegua de color marrón ya había dado a luz a varias crías, y ahora se encontraba en espera de otra, con cuidado se acercó a esta y miro su gran vientre, automáticamente la cara de su único hijo se le vino a la mente, fue un gran estúpido al haber embarazado a Catherine en una noche de gran desenfreno y mucho alcohol de por medio, pero aun así no se arrepentía del resultado de ello.

Dulce fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora