La resistencia de Adan y el fruto de Eva parte 2

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Disclaimer: Ni naruto ni sus personajes me pertenecen. El fanfic si es de autoria y lo hago sin fines de lucro.

Advertencias: Esta historia contiene sexo explicito, lenguaje vulgar, infidelidad y posiblemente muerte de un personaje.

Aclaraciones: 《pensamientdos》, recuerdos, (1) notas al pie de pagina, etc.

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Capitulo 5

La resistencia de Adan y el fruto de Eva parte 2

Había ido a arreglarse por consejo de Karin, ella se había quedado en la sala de juntas para terminar de preparar los últimos detalles con los de personal técnico quienes revisaban el proyector y la había enviado a ella darse unos retoques, puesto que ella recibiría a los socios italianos, y Karin solo la supervisaría. 

《Relájate, todo saldrá muy bien》

Se dijo mirándose en el espejo mientras se repasaba el labial. En eso estaba hasta que oyó un ruido salir de su bolso. Su celular.

—¿Bueno?—pregunto tomando el objeto y aceptando la llamada. Marcaba número desconocido.

—¿Qué llevas puesto?—preguntó la voz al otro lado.

—¿Daisuke?—creyó reconocer la voz de su esposo, pero se preguntó por qué marcaba como desconocido.

—¿acaso llevas ese conjunto nuevo que te compre antes de irme?

—¡Daisuke!–grito escandalosa, era cierto, él le había dejado un conjunto antes de irse, pero aún no se lo había visto puesto—. ¿Por qué me haces esas preguntas y desde qué celular me hablas?—preguntó curiosa.

—Del celular del trabajo—respondió mencionando el instrumento de trabajo que le habían dado. Jamás le había hablado desde allí.—¿ Tú dónde estás?

—En el baño

—¿es privado?

—Si por...

Genial. ¿Ahora me vas a decir que llevas puesto?

—No Daisuke, sabes que yo no hago esas cosas, y tú tampoco, ¿acaso estás ebrio?—preguntó, ya sintiéndose rara con la actitud de su pareja.

OHH vamos, Sakura...está bien, tal vez tome un poco... pero estaban cansado y quise llamarte... Quería jugar... un rato... ¿Por qué no quieres cooperar?... frunció el ceño, su respiración estaba agitada.

—¿Por qué suenas agitado?—

Por qué...me estoy tocando... ¿No quieres hacerlo tú también?

—Estoy en el trabajo

Amor, no seas aguafiestas—dijo cambiando el tono de su voz. Eso la descolocó un poco, su esposo no podía pensar eso de ella, no si quería lograr su propósito de revivir su relación. Así que dubitativa se encaminó a la puerta principal y puso el seguro.

—Está bien—dijo apenada.

Bien, y entonces... ¿qué llevas... puesto?—dijo volviendo a agitarse, seguramente  empezaba a tocarse otra vez. 

—¿Y... qué tal si te...te digo que no llevo nada?—dijo nerviosa.

jajaja

—¿Eso fue una risa de mujer?—preguntó asombrada, tal vez estaba nerviosa, pero estaba segura de que esa risa no era de su esposo.

Dulce fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora